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Un año para tratar de poner «el reloj» de la ciudad en hora
El alcalde inicia 2012 con la «obsesión» de mejorar las condiciones para crear empleo y con proyectos de envergadura pendientes como el de Ikea y el propósito de que Sevilla «funcione»
SEVILLA- Con más de 700 millones de deuda, el reto del alcalde, Juan Ignacio Zoido, de que la ciudad funcione «como un reloj» supone poner en hora, a contracorriente, el minutero y el segundero de Sevilla. El 2012 arranca con la gran lacra del paro asolando a miles de familias sevillanas y con unas elecciones autonómicas a la vuelta de la esquina. Las promesas del Partido Popular durante las municipales y sus años en la oposición resultan inabarcables, la «obsesión» del regidor es acometerlas a pesar de las circunstancias. La crisis y los numerosos proyectos enquistados marcarán la tónica de un ejercicio en el que prevalecerá la «austeridad», como ya se vislumbra en los presupuestos aprobados en el Pleno extraordinario del viernes. Sacar para todo de un presupuesto necesariamente escaso viene a ser algo así como el milagro de los panes y los peces llevado a la política. Su propósito: que «la ciudad funcione».
ECONOMÍA Y EMPLEO: el año en que los proveedores cobrarán
Aunque las políticas de empleo no dependen del Ayuntamiento, Zoido pretende crear «confianza» y «seguridad jurídica» para favorecer la creación de puestos de trabajo.
Según la previsión del presupuesto, éste será el año –y es noticia– en el que se pague a los proveedores, a las pequeñas y medianas empresas que, a causa de los impagos, se ven abocadas al cierre o a los despidos.
El parón en el dragado del río es otro asunto de vital importancia para la economía que puede acelerarse con la entrada del nuevo Gobierno nacional. Todo sigue pendiente de los informes técnicos sobre las actuaciones previstas por la Autoridad Portuaria. Su realización también supondría un aumento de los cruceros, reforzando el turismo, el gran motor de la economía hispalense.
MOVILIDAD: la «herencia maldita» de los aparcamientos
Este mes, por fin, se presentará el nuevo Plan Centro, tras la derogación –seguida de una no muy hábil, políticamente hablando, comisión de investigación– del desarrollado por Sánchez Monteseirín.
El delegado de Movilidad, Demetrio Cabello, ya ha adelantado que el nuevo proyecto se centrará más en la zona turística. Será, por tanto, un plan más limitado, menos ambicioso y, probablemente, más en consonancia con la actual situación económica que provoca un descenso considerable de la circulación por el Casco Histórico.
El plan debe dar respuesta a las pretensiones de los comerciantes, que se quejaban de que, con el anterior proyecto, se mermaban sus posibilidades de actividad empresarial. Junto a las restricciones, el Partido Popular continuará con una política de control policial más eficiente –en vista de los resultados y la previsión de recaudación– que en anteriores legislaturas. Se prevé un aumento de sanciones a los infractores, lo que, en la práctica, supone un blindaje de la zona, sin cámaras de dudosa eficacia por la falta de personal para tramitar las multas, más efectivo que el derogado.
La «herencia maldita» de Movilidad son los aparcamientos enquistados. Obsesiona especialmente al Gobierno municipal la devolución de las fianzas de mil euros entregadas por vecinos como los de Bami sin que haya visos de ejecución del parking. La batalla legal por el rescate de las concesiones de unos aparcamientos públicos previstos en terrenos privados –ahí el problema– se desarrollará este año y será una prueba de fuego para el nuevo Ejecutivo local.
Ejecutar los 19 aparcamientos previstos es imposible, y ya lo sabía el PSOE. Zoido quiere hacer «todos los que sean posibles» –los de suelo privado no lo son– y con «orden y sentido común, en proyectos viables y sometidos en la ejecución a los plazos previstos». La revisión del sentido único en Luis Montoto será otro de los puntos a abordar este año.
SEGURIDAD: la mudanza a la sede de La Ranilla
En este área, los principales problemas llegarán a mitad de año, cuando se acaben los fondos para las productividades de los agentes municipales, con las que se suple la falta de efectivos.
De momento, el delegado Demetrio Cabello está sabiendo llevar a un colectivo, los agentes locales, que en las anteriores legislaturas destacaron por los continuos conflictos con el Consistorio. Cabello es hombre de no prometer lo que no puede ofrecer y el hecho de no dar largas al sindicato policial con promesas infundadas está ayudando a mantener la paz social.
Este año habrá varias convocatorias para ampliar los efectivos del Cuerpo, lo cual podrá usarse como contrapartida cuando lleguen las quejas por la falta de fondos para las productividades. También es el año de la mudanza de la Policía Local a La Ranilla. La nueva sede se vestirá con viejo mobiliario y sin fondos para aprovechar al 100% la instalación. Por ejemplo, no hay galería de tiro ni gimnasio. No obstante, las ventajas de la mudanza serán inmediatas, como la creación de un puesto único de mando para Policía, Bomberos, Protección Civil, Cecop y otros.
URBANISMO: Ikea y la ansiada venta de La Gavidia
Gran parte de la viabilidad real del Presupuesto de 2012 depende de la venta de La Gavidia. La operación –Zoido asegura que, a diferencia de Sánchez Monteseirín, computa esta transacción porque sí venderá el edificio, pese al mal momento inmobiliario– se antoja urgente para poder afrontar el año con garantías y con inversiones sin tener que tirar de más créditos.
La antigua fábrica de Altadis, el viejo mercado de la Puerta de la Carne y la estación de Cádiz también esperan soluciones. Aparte, Tablada –un asunto que Zoido dijo que arreglaría en poco más de diez minutos– y el conflicto con Ikea están marcados en rojo en la agenda del delegado de Urbanismo, Maximiliano Vílchez.
Estos objetivos y su modo de consecución –¿habrá que cambiar el PGOU?– resultan pilares básicos para que el «reloj» de la ciudad vaya, por fin, en hora.
En el caso de Ikea, se pretende que finalmente no haya que hacer variaciones en el PGOU.
En el de Altadis, parece seguro que habrá que hacer modificaciones en un Plan General de Ordenación Urbanística que califica el suelo de industrial singular. El objetivo es acordar con la tabacalera otros usos.
En Tablada, como contrapunto a la gran zona verde soñada por propios y extraños, no es descartable que se facilite la construcción. El Partido Popular ya avanzó que modificará el PGOU para no renunciar al crecimiento de la ciudad. La teoría: en 360 hectáreas caben muchas cosas, además de una gran zona verde.
Del examen de la Unesco sobre la Torre Pelli dependerá la postura definitiva del Ayuntamiento respecto a la infraestructura. De ser desfavorable, es evidente que el Consistorio no puede asumir el pago de la indemnización a Cajasol. De ahí, que, en el peor de los casos, se verá obligado a negociar una reducción de la altura del rascacielos o –si no cuenta con el beneplácito de la Unesco– «comerse con papas» un rascacielos que crece a velocidad de vértigo.
En todo caso, en colaboración con Movilidad, también se debe preparar un plan de accesos a La Cartuja, ya colapsada sin un mastodonte de oficinas.
La finalización del nuevo Palacio de Exposiciones y Congresos –una obra criticada hasta por el Consejo Consultivo– debe estar, por fin, en 2012. Con su (carísima) ampliación, deben llegar más congresos que beneficien a la economía sevillana, que falta hace.
También debe resolverse la ubicación y financiación del pabellón del Mundo Básket, como elemento clave, como fue la final de la Copa Davis, para dinamizar la economía. Se buscan empresarios que apuesten por la construcción y explotación de una infraestructura multiusos.
TRIBUNALES: la sombra de Mercasevilla es alargada
El pasado, dicen, siempre vuelve. El «caso Mercasevilla» continúa adelante y el año dejará novedades y sorpresas, quién sabe si con nuevas imputaciones de ex altos cargos.
Con el cambio de Gobierno en la Plaza Nueva tras los comicios municipales de mayo, las irregulares, en todo caso, sólo afectarían a dirigentes ya fuera de la Plaza Nueva o en la oposición. También a la entidad mixta. Poner fin a la inestabilidad de la empresa es otro de los retos del nuevo año. Una patata caliente para el delegado Gregorio Serrano.
PAZ SOCIAL: tranquilidad en el frente... de momento
Las bases para la estabilidad con diferentes colectivos parecen sentadas. Con el taxi, se ha acordado el rescate de licencias a corto y medio plazo. Con la Policía Local, hasta ahora, hay entendimiento. Con Tussam, empresa en la que se negocia la rebaja de un 5% del salario, de momento, hay tranquilidad, de la mano de la promesa cumplida de contar con los eventuales.
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