Mundial de Balonmano: hoy es el día

La Selección española de balonmano ha convertido las dudas en confianza. «Siempre que sacamos pecho antes de un campeonato nos lo parten», decía el capitán, Hombrados, un día antes de que comenzara el Mundial de Suecia. Todo era cautela en un equipo, eso sí, con clara tendencia ascendente desde que lo cogió Valero Rivera, pero que no dejaba de ser una incógnita. Del fracaso del Mundial de Croacia en 2009 (decimoterceros, la peor clasificación de su historia) se pasó a un esperanzador sexto puesto en el Europeo de Suiza del año siguiente. Y a unos buenos amistosos de preparación para Suecia. «No creo en los amistosos, el Mundial es otra cosa», advertía Sterbik, y con razón: ha resultado ser «otra cosa» mejor. «El Mundial nos dirá dónde estamos», analizaba Valero. Y España, campeona del mundo en 2005, está a un partido de volver a la superélite, a unas semifinales, lo que no logra desde los Juegos de Pekín. «Sólo» tiene que derrotar hoy a Islandia y el sueño se habrá convertido en realidad. En caso de derrota, no todo está perdido: deberá vencer mañana a Hungría y esperar el triunfo de Francia.
Valero Rivera dijo desde el principio que la renovación del equipo se hacía con vistas a los Juegos de Londres, pero un año antes ya está recogiendo premios. Una palabra es la más repetida por todos los internacionales como la clave del éxito: defensa. «Ante Islandia, que tiene de todo, extremos, portería, conexión con el pivote... debemos estar igual de concentrados atrás que estos días», aseguraba ayer Albert Rocas. La intensidad defensiva ha llevado a los porteros de España, Hombrados y Sterbik, a ser los más efectivos del campeonato, con un 39,5 por ciento de tiros parados de media en los cuatro partidos importantes. España ya se lo cree. «Quizá no tenemos una estrella, pero sí somos un grupo muy unido, somos un equipo de verdad», continúa Rocas.