Crisis en el PSC
El día «D»
Para hoy, día 2, Zapatero había previsto comunicar al Comité Federal de su partido su renuncia a presentarse a las próximas elecciones generales de 2012. La presión de los barones del partido, para salvar las elecciones municipales y autonómicas ha sido titánica en este sentido. Así es que llegado este sábado, sólo tendrá dos opciones: mantenerse en sus trece y comunicar su marcha, para también él desligarse del fracaso electoral del 22-M, o ceder a las presiones de aquellos que le han aconsejado esperar y aplazar el debate.
Aznar, tras comunicar su renuncia a una tercera elección, si advirtió de que sólo en un caso extremo, como el de una guerra, evitaría que él siguiera su camino de abandono de la política. Y éste es el caso ahora, en el que la historia se repite, toda vez que en estos momentos estamos inmersos de hoz y coz en la guerra de Libia, de la que sabemos cuándo hemos entrado pero no cuándo saldremos. Ésa podría ser la razón de Zapatero para postergar la comunicación de su abandono. Claro que si aplaza el debate, y hoy no sale su renuncia, las interpretaciones serán varias, y ninguna buena. En primer lugar, se le dirá que ha cedido a la presión de los banqueros, de su «amigo» Emilio Botín, el mismo que se permite darle consejos delante de otros cuarenta empresarios que, con toda seguridad, lo van a contar a los medios de comunicación. Quién le ha visto y quién le ve, que diría Llamazares, atendiendo consejos de los más poderosos. Y en segundo lugar, que ha cedido a la presión de otros aspirantes a sucederle en la Moncloa, la más conspicua Carme Chacón, necesitada de más tiempo que Rubalcaba para recabar apoyos a su candidatura.
Imaginemos, pues, este escenario: Zapatero hoy no suelta prenda y sigue adelante sin anunciar su renuncia, de la mano de Botín y de Chacón, contra los barones y Rubalcaba. O sea, con el partido hecho unas trizas: Rubalcaba, como heredero número 1, entre el «Faisán» y las actas de ETA. Blanco, unos días apoyando a Zapatero, otros a Rubalcaba. Chacón, de campaña, en pro de los votos que no controla Ferraz. Bono, apostando a sí mismo, y a Rubalcaba por si las moscas. Barreda, apoyando a su amiga Chacón, pero pidiendo a Rubalcaba que le presente la candidatura. Vara, jugando a los dos delfines porque la vida es dura, y sobre todo incierta...
Por eso Botín se equivocaba. Cuanto más tiempo tarde el presidente en desvelar su futuro, mayor será el desgobierno entre sus filas. Aznar lo anunció con anticipación y sin embargo impuso su autoridad, en exceso incluso, hasta el mismísimo 13-M. Si Zapatero queda en entredicho no será porque ha comunicado con antelación su marcha, sino porque, a base de bandazos, ha pulido toda su credibilidad. El otrora rojo, hoy quiere pasar a la Historia como el mayor reformista de España, inmerso en dos guerras. Sólo falta que tras anunciar su marcha señale a un sucesor, como hizo Aznar. Su transmutación, ese día, habrá sido completa.
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