Ministerio de Sanidad

La Sanidad tocada y hundida por Sergio ALONSO

La Sanidad, tocada y hundida, por Sergio ALONSO
La Sanidad, tocada y hundida, por Sergio ALONSOlarazon

Aunque la llegada de un nuevo año debería invitar siempre al optimismo, las principales cifras económicas obligan a romper la tónica en lo que a la Sanidad se refiere. Si 2010 ha sido un año nefasto para la Administración y para el sector en su conjunto, 2011 será, previsiblemente, mucho peor. En este «annus horribilis», como lo califica Ana Pastor, el Ministerio de Sanidad carga con la mayor parte de las culpas. Su reacción tardía y apocada ante la bancarrota desembocó en el tijeretazo con el que Elena Salgado castigó luego a laboratorios, distribuidores, farmacéuticos y profesionales. A los tres primeros, la vicepresidenta les recortó los beneficios de forma draconiana. A los últimos, les rebajó el salario por primera vez en la historia del Sistema Nacional de Salud. La miopía y la insólita pasividad del Ministerio han provocado también una ruptura prácticamente irreversible de la cohesión y de la equidad sanitaria en el país. El resultado han sido las normas restrictivas de la prescripción y la exclusión de medicamentos aprobados por el Estado en cinco autonomías, quejosas primero de Trinidad Jiménez y ahora de Leire Pajín por su parsimonia y su política de ocultar la cabeza ante la evidencia de la crisis. El año ha dejado asimismo fracasos sonoros en materia de recursos humanos, silenciados por unas organizaciones cómplices y cautivas que se han olvidado de la defensa de los profesionales a los que supuestamente representan. Y también ha habido mucho humo mediático, con leyes como la del tabaco. Curioso que un Gobierno que presume de defender a capa y espada la salud de los españoles suba los impuestos de los cigarrillos con el único fin de recaudar más. Una doble moral que indica que Sanidad sólo buscaba titulares.