Historia

Sevilla

La Virgen de los Reyes devuelve la tradición mariana en pleno agosto

El prólogo comienza esta tarde cuando la Banda Sinfónica Municipal realice el habitual bando

La patrona de la archidiócesis, con el reflejo del sol al poco de salir de la Catedral
La patrona de la archidiócesis, con el reflejo del sol al poco de salir de la Catedrallarazon

SEVILLA- Mañana llega el 15 de agosto. Si el 16 de julio era la fecha en la que los sevillanos iniciaban lo que entonces se denominaba la temporada de baños, el día de la virgen significaba la vuelta de las vacaciones para aquellos que podían disfrutarlas. Ahora todo es distinto y no es más que una cita con una de las principales devociones hispalenses con la que muchos toman el pulso durante unas horas a una ciudad inhóspita bajo el calor de agosto. Desde la madrugada, la tradición dicta que los devotos de los pueblos del Aljarafe hagan andando el camino, que acabará al comienzo de algunas de las tres misas que anteceden a la salida procesional (05:30, 06:00 y 06:30 horas). Pese a que entonces se ponen en marcha los preparativos del cortejo, ha habido momentos para disfrutar de la Catedral durante las horas de la madrugada. Una oportunidad que sólo se repite durante la del Viernes Santo. Esta tarde la Banda Sinfónica Municipal realizará el bando para anunciar la procesión.

Peculiaridades dentro de una celebración profundamente arraigada en la tradición sevillana. No en vano, se ha relacionado la llegada de la virgen a la ciudad, con la conquista de Fernando III, que luego sería San Fernando, aunque las certezas históricas, alejadas de la leyenda, la sitúan más en el reinado de Alfonso X, que con los ángeles del cielo que tallaron el sueño del rey santo. De todas formas, a lo largo de los siglos, los vínculos con los sevillanos se han ido incrementando así como con las sucesivas casas reales españolas. En especial, la familia Borbón ha sido la que más apego ha tenido a la imagen, a la cual ha regalado, entre otros enseres, varios mantos en épocas sucesivas. De hecho, para la procesión de hoy llevará uno rojo donado por la Duquesa de Montpensier en 1851, como agradecimiento tras el nacimiento de su hija Amalia. Se trata de una pieza que parece que fue antes un manto de corte de color blanco en la que se han bordado elementos florales de estilo barroco. Fue restaurado en el año 1981 por el taller de los Sobrinos de Caro.

Para muchos, se trata de una de las procesiones con más personalidad de la ciudad. Aunque realice un pequeño recorrido alrededor del primer templo sevillano, el ambiente que la rodea en la mañana aún fresca permite ver estampas clásicas tras el paso de tumbilla. Una original manera de recrear un palio del que quedan pocos ejemplos, pese a que fue muy habitual verlo a comienzos del siglo XX. Así, a las ocho de la mañana, la banda municipal será la que la abra el cortejo, al que seguirán los miembro de la Asociación de Fieles Virgen de los Reyes, el Consejo de Hermandades y Cofradías, de la que es patrona; la Sacramental del Sagrario, que tiene el privilegio de ir más cerca de la imagen; y el Cabildo Catedral, que antecede al paso. Unas andas pequeñas, tan sólo caben 25 costaleros, que llevan como capataces a los hermanos Bejarano. Tras la patrona de la archidiócesis le sigue el arzobispo, Juan José Asenjo, y los representantes del Ayuntamiento y de la Diputación provincial de Sevilla. Todos bajo mazas.

Uno de los alicientes de esta procesión radica en la posibilidad de ver girar el paso 360 grados en tres puntos del recorrido: en la esquina de la calle Alemanes, en la Punta del Diamante y frente a la puerta de Correos. Tres veces, el mismo número que las peticiones que los fieles le hacen cuando pasa ante ellos. Debido a las obras de restauración de la Capilla Real, donde se la venera durante el resto del año, la octava se realizará en la Parroquia del Sagrario.


Los detalles
1.- Las imágenes
La virgen es una obra gótica de mediados del siglo XIII, derivada de los modelos franceses y realizada en madera de Arce.
2.- La tumbilla
El palio se realizó en el año 1924 y recuerda a las literas clásicas. Está sostenido por cuatro varales de plata sobre una pequeña parihuela.
3.- La corona
Se realizó en oro con motivo de la coronación de 1904. Costó 800.000 pesetas y tiene engarzadas unas 11.900 piezas preciosas.
4.- El manto
Fue donado por la infanta María Luisa Fernanda de Borbón en 1851 como agradecimiento tras superar un parto difícil.