«Ganar el oro no es una obligación es un reto»

La Selección olímpica carga en los Juegos de Londres con dos pesadas herencias, la de los triunfos de la absoluta y el recuerdo del 92, de aquel oro olímpico donde todo empezó. Pero al seleccionador, Luis Milla (Teruel, 1966), la presión no le puede. Entrena con la misma tranquilidad con la que jugaba. Es el guardián de un estilo y para eso trabaja, para conservarlo y ganar el oro.

–¿Los éxitos de la absoluta sirven como ejemplo o son una carga?
–Sirven como ejemplo, como modelo, es una maravilla verles y para los futbolistas yo creo que es un reto y se tienen que fijar mucho en ellos. Para nosotros es un ejemplo que vengan Javi Martínez, Mata, Jordi Alba que han estado con ellos, que saben lo que supone trabajar en equipo, en grupo, hacer unidad y al venir aquí van a transmitir todo eso. Los jóvenes que hay aquí ya lo entienden porque nosotros incidimos mucho en eso. Pero tener a tres campeones aquí nos va a ayudar mucho.

–¿Sienten la obligación de ganar?
–No es una obligación, intentas ser positivo, rebajas tensión, responsabilidad. Yo creo que es un reto. Sabemos que tenemos que trabajar mucho, hacerlo muy bien y ser fieles a nuestro estilo, vamos a «currar», vamos a pelear, vamos a que salga esa furia también, la furia roja que se decía, que seamos capaces de combinar todo y de ser un equipo competitivo. A partir de ahí tienes opciones, pero pensar en favoritismos, en vamos a ganar la medalla de oro... Eso es muy fácil hablarlo.

–Lo bueno es que esta Selección es casi un equipo...
–Nosotros aquí incidimos mucho en eso. Tenemos suerte porque en la Federación se ha hecho un trabajo de tiempo, con continuidad. Los seleccionadores nuevos nos hemos acoplado un poco a lo que hicieron los anteriores. La mayoría de los que están aquí ha estado con nosotros en las inferiores. Por lo menos el mensaje, la forma de actuar, el estilo y la filosofía es similar. Teniendo en cuenta que con este equipo hacía un año que no nos veíamos, desde el Europeo sub'21, se hace difícil. Pero es menos difícil porque todo esto viene de una continuidad, de que los jugadores ya han competido en las inferiores y, aunque no se ven desde hace mucho, llevan tiempo juntos.

–¿Se habla lo de entrenar o jugar todas las categorías igual?
–Sí, sí. Hay una preparación y una planificación, los técnicos de las inferiores tenemos mucha conexión con Vicente [del Bosque], el trabajo, los conceptos, la estrategia de las inferiores son muy similares, y a partir de ahí cada entrenador tiene su matiz, tiene más genio, menos genio, uno aprieta por aquí, da más importancia a esto... Pero básicamente los conceptos con los que trabajamos son similares.

–Del Bosque dijo al acabar la final del Europeo que el camino está marcado...
–Al final es una filosofía. Después de la final a mí me llegó, casi te diría a emocionar, lo que dijo Iker. En ese momento en el que te sueles acordar de la gente más cercana, de la novia; él dijo que esto era un premio de los seleccionadores anteriores. Que un jugador de ese nivel y en ese momento, que no tiene por qué, diga eso es muy importante. Gracias al trabajo de los clubes, ya sean los grandes o los más modestos, el trabajo de coordinación que hay con esos clubes, con las federaciones territoriales... Todo ese entramado hace que haya una coordinación y si se le da continuidad, a la larga, hace que las cosas salgan como están saliendo.

–¿El premio es ganar el oro o que en el Mundial haya cinco o seis de estos jugadores?
–Para mí el premio es que se vea a la Selección olímpica con un estilo muy marcado, que se vean similitudes con el equipo del Europeo de Dinamarca, un equipo que sea capaz de competir tan bien como lo hizo allí, que se vea armonía, grupo, colectivo, similitudes con la absoluta porque al final tenemos futbolistas para hacer cosas similares, y además de todo eso, poder competir y tener posibilidades de ganar una medalla. Pero tienes que saber que como no seas capaz de competir bien y de hacer esas cosas bien no tienes posibilidades.

–En la Eurocopa ya se puso en duda el sistema...
–Ese debate viene de gente que sólo ve a la Selección española. Al final hay dos equipos que compiten, pero algunos no quieren saber nada, que no quieren competir, que no quieren ser brillantes, que sólo quieren poner piedras a las ruedas, y al final se hace complicado. Si hay 22 jugadores, once quieren jugar bien y otros once no quieren jugar nada, ni saber nada, es complicado que se vea espectáculo. La Selección española quiere jugar bien siempre.

–¿Le hubiera gustado nacer 20 años más tarde para jugar con este equipo?
–Pues sí, pero al final tengo la suerte de poder estar aquí con ellos y ser su entrenador y con eso me vale. Intento sacar provecho a mi trabajo. Con eso ya soy feliz.