Chile

Agua para atacama

La desaladora de Cerro Negro Norte, en el Valle de Copiapó, permitirá seguir con las actividades mineras y el nivel de producción de hierro sin dañar los maltrechos recursos hídricos de esta zona al norte del desierto chileno 

Agua para atacama
Agua para atacamalarazon

Atacama es mundialmente conocido como el desierto más árido del planeta. Esta región al norte de Chile, que confina al este con la cordillera de los Andes-República Argentina y al oeste, con el Océano Pacifico, tiene desde sus orígenes una marcada vocación minera. Sus especiales condiciones geológicas han convertido esta tierra en zona rica en oro, cobre, plata y hierro. No en vano la minería aporta a esta región el 36 por ciento de su PIB, según datos del Ministerio de Minería. De aquí salen el 50 por ciento de la producción nacional de hierro del país y la cantidad promete aumentar en la próxima década: «El plan de inversión minera que anunciamos hace pocas semanas alcanza a más de 52.000 millones de euros a 2020», explicaba a la Prensa el ministro chileno de Minería, Hernán de Solminihac. Según informa el Ministerio, hay cinco grandes proyectos aprobados con rangos de inversión entre los dos y los cuatro mil millones de euros.
Cerro Negro, Pascua Lama, Cerro Casale, El Morro y Caserones, entre otras explotaciones, contarán con el apoyo de nuevas infraestructuras energéticas, como la planta Termoeléctrica Castilla y de tipo hídrico. El aumento de las explotaciones mineras, unas condiciones pluviométricas ya de por sí escasas en esta región árida y la contribución de fenómenos como La Niña, que también han aportado su granito de arena a la sequía, han hecho al Gobierno replantearse soluciones alternativas a la explotación de los acuíferos de Atacama y del Valle del Copiapó (provincia central y sede de la capital regional). La solución pasa por la desalación; una manera de permitir el crecimiento de la industria sin aumentar el histórico 20 por ciento de derechos sobre el agua de Copiapó reservada a la minería, según fuentes de la Dirección Regional de Aguas (DGA) de Atacama.
Las operaciones en el nuevo yacimiento de Cerro Negro Norte del Grupo CAP permitirán un aumento de cuatro millones de toneladas métricas a partir de 2013. Junto al aumento de la capacidad de producción del Valle del Huasco, el grupo espera «duplicar su producción de mineral de hierro actual antes del término de la presente década», explica Ernesto Escobar, gerente de Asuntos Corporativos del Grupo CAP. El nuevo yacimiento va unido a la construcción de una nueva desaladora en las proximidades del Puerto Punta Tortoralillo, entre los ríos Loa y Copiapó. La empresa Acciona ha sido la seleccionada para construir, poner en marcha y operar durante 20 años esta «solución hídrica» beneficiosa para un crecimiento industrial sin explotación de los ya dañados acuíferos.

Minería y agricultura
Con una inversión de 45 millones de euros, Acciona espera empezar en 2013 a tratar 200 litros por segundo de agua hasta alcanzar (según necesidad) un pico de producción de 600 litros por segundo de agua desalinizada o lo que es lo mismo, 54.000 m3 al día aproximadamente. De ellos, 17.000 litros irán hasta la mina de Cerro Negro, mientras que el resto se repartirán entre explotaciones mineras, agricultores y ganaderos, sectores que tienen un 60 por ciento de los derechos de uso del agua de la zona, según la DGA de Atacama. De esta manera descenderá su presión sobre los acuíferos. «La desaladora está diseñada para abastecer las necesidades de la operación de la nueva mina Cerro Negro Norte y además respaldar el suministro para la planta de concentración magnética ubicada en la comuna de Tierra Amarilla propiedad de la Compañía Minera del Pacífico (propiedad de CAP). Además nos permite cumplir de acuerdo al desarrollo sostenible lo convenido con la autoridad regional», explica Ernesto Escobar, gerente de Asuntos Corporativos del Grupo CAP.
El agua se captará a una profundidad de 17 metros del Océano Pacífico y a una velocidad limitada (un metro por segundo) para no absorber a los peces; desde allí será bombeada a 2m/s hasta la planta, situada a unos 800 metros de la línea de costa (el total de volumen captado es de 100.000 m3). El proceso elegido para eliminar las partículas sólidas y la salmuera es el de ósmosis inversa, una fórmula en la que la compañía tiene sobrada experiencia. Se trata de darle la vuelta al principio de la ósmosis por el que dos líquidos de concentración salina diferente tienden a igualarse cuando entran en contacto. En este caso, se interpone una membrana, de manera que el agua pase a través de unas membranas o filtros a gran presión para aislar los sólidos en suspensión, también llamados «salmuera de rechazo». Dicha salmuera es devuelta al mar, a unos 200 metros de la costa y a una profundidad de 20 m, mediante difusores cada cinco metros. De esta manera se consigue devolver al mar la sal remanente, asegurando su correcta mezcla y sin aumentar peligrosamente la salinidad del agua. De cada 100 litros de agua de mar que se extraen, 45 se convierten en agua desalada y el resto, 55 litros, se devuelve al océano.