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Francia se rinde al disidente Weiwei

El artista chino presenta en París (aunque él no pudo estar) su primera exposición en Francia, «Jeu de Paume», millares de fotos testimonio de su visión crítica de la realidad

Francia se rinde al disidente Weiwei
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Paradójicamente, su combate por la libertad de expresión es lo que mantiene a Ai Wei- wei retenido, privado de movimiento. Al menos fuera de las fronteras de su país. Por eso el artista chino, bestia negra del poder comunista, no ha podido inaugurar en el «Jeu de Paume» de París su primera exposición en Francia: «Ai Weiwei. Entrelacs».Una selección de millares de fotos que son testimonio de una visión crítica de la realidad, la expresión de la revuelta interior de un artista.

Ella es la realidad
Aunque según la directora del museo, «la fotografía de Weiwei ya no representa la realidad, ella misma es realidad». Un modo de aprehender el mundo con voracidad casi bulímica. Su blog, antes de que las autoridades chinas lo clausuraran, llegó a albergar 200.000 fotografías (retratos, escenas cotidianas...) en apenas cuatro años. Fotos en las que hay quienes ven más un valor reivindicativo que artístico. Un instrumento para cambiar el mundo. El mismo mundo que a través de sus imágenes, no exentas de provocación, denuncia. Sobre todo, en aquellas tomadas a partir de mediados de los noventa, cuando abandona Nueva York, la ciudad en la que se ha formado durante una década, para regresar a China coincidiendo con la enfermedad de su padre, Ai Quing. Un célebre poeta que por sus convicciones conocerá la persecución y la deportación antes de ser rehabilitado. Esas series, como la iniciada en 1995 «Estudios de perspectiva», ocupan la segunda parte de la exposición tras un primer recorrido por sus clichés neoyorquinos, más documentales que protestatarios. Destacan sus provocativas instantáneas de la plaza Tian'-anmen – en la que en otra foto y ante el retrato de Mao hace posar a lo «Marilyn» y faldas arriba a su esposa, la artista Lu Quing –la torre Eiffel o la Casa Blanca en las que retrata su brazo extendido y un dedo corazón enhiesto a modo de desafío. «Se trata de suscitar la reflexión. Es una invitación a reinventar nuestra relación con el poder y la historia», explica Lucas Lai, asistente del artista y colaborador en el montaje de la muestra. Precisamente con el poder, los contactos de Weiwei son durante un tiempo, cuando menos, ambiguos. Sobre todo en su calidad de arquitecto. Pues pese a su militancia a favor de las libertades, colaborará con el Partido comunista en la creación del gran estadio de Pekín «Nido de pájaro» para los Juegos Olímpicos de 2008. Y le facilitarán la construcción de un taller de arte en Shanghai.

Otra serie refleja las transformaciones urbanas que ha sufrido su país fruto del desarrollo económico. En «Paisajes provisionales» (2002-2008), inmensos y desoladores terrenos yacen vacíos tras la destrucción de construcciones típicas a las que sucederán descomunales edificios modernos. Su ruptura con el poder y la caza al hombre por parte del Gobierno chino se materializará con el terremoto que en 2008 asoló Sichuan. En tan triste catástrofe fallecieron 69.000 personas y miles de niños. No tardará en responsabilizar a las autoridades y denunciar la corrupción política, origen del lamentable estado de las viviendas y de las numerosas escuelas desplomadas.

Homenaje-denuncia
Además de centenares de fotos, Weiwei escribe en su blog el nombre de 5.385 menores, víctimas del seísmo. Un homenaje-denuncia que llevará más lejos en su obra «Ella ha vivido feliz en este mundo durante 7 años». Un montaje, presentado en Berlín en 2009, en el que se ven destartaladas y arrumbadas 9.000 carteras escolares. Las que se encontró esparcidas en la zona de la catástrofe. «Este acontecimiento marcó la ruptura», explica Lai. El artista «ha sobrepasado los límites», según el Gobierno de Pekín, que no tarda en lanzar las represalias: al cierre del blog y de su taller en Shanghai se suman arbitrarios arrestos en los que es golpeado por la policía. Desmejorado tras su último paso por la cárcel, 81 días que provocaron la indignación internacional, el pasado año, Weiwei, que asegura sentirse «fuerte y determinado», no contempla dejar su país.


«Sólo la muerte me impedirá continuar»
«El exilio sería una derrota», confiesa sin dudarlo (ni ahora ni nunca) a la publicación «Paris Match» este polifacético artista de la disidencia china que, pese a su libertad vigilada, ha encontrado en Twitter la mejor arma de protesta y que, concentrado ahora en la creación de esculturas, promete seguir dando guerra pese a quien pese: «Solamente la muerte me impedirá continuar», afirma este hombre, a quien su Gobierno llegó incluso a investigar por pornografía debido a unas fotos antiguas en las que aparecía desnudo la misma semana en que consiguió pagar lna fianza que le permitía recurrir la multa por supuesta evasión de impuestos.


- Dónde: Museo Jeu Paume. 1 Place de la Concorde.
- Cuándo: hasta el 29 de abril.
- Cuánto: 10,20 euros.