Crítica de cine

«23-F»: Diecisiete horas desesperadas

Director: Chema de la Peña. Guión: Joaquín Andújar. Protagonistas: Paco Tous, Fernando Cayo, Juan Diego y Ginés García Millán. Duración: 97 minutos. «Thriller» político.

La Razón
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Hombreras, la UCD, los años del plomo, bastante tabaco, sobre todo negro, barbas y bigotes, distintos tipos de bigotes: el de Antonio Tejero era corto, disciplinado, muy marcial. Como el propio teniente coronel, que aquel 23-F que no está tan lejos ni tan cerca, depende de cómo se mire, se despidió tranquilo de su mujer por la mañana tras repasar la recámara del arma y emprendió camino junto al puñado de hombres que tenía al mando hacia el Congreso para hacer historia. Se trataba de la cabeza visible del golpe de Estado, porque en las sombras había más implicados: Armada, Milans del Bosch, incluso razones distintas para pretextar aquel atropello; Tejero habla en el filme de los 80 guardias civiles asesinados por ETA el año anterior. Duró 17 horas largas durante las cuales España, mientras oía marchas militares por la radio, aún desconocía con qué pie se despertaría mañana. De la Peña («Sud Express», «Shacky Carmine») dirige este «thriller» político con buen pulso, que refleja la minuciosa investigación previa realizada (el cineasta visionó numerosos documentales y entrevistas a los principales implicados). Fernando Cayo, que construye un humano Tejero, encabeza el excelente reparto del filme, que remarca la decisiva intervención del Rey y en el que, obviamente, existen con todo importantes lagunas. En el fondo, resulta lógico. Todavía hoy, 30 años después, faltan por encajar ciertas piezas. Que quizá no ajusten nunca.