«Se veía de venir»

Como diría mi amiga Rodoendra de Cádiz, estaba cantado. Me refiero al acuerdo al que han llegado Isabel Pantoja y Telecinco. La artista será como una especie de Virgen que se aparecerá en distintos programas de la casa para hacer el gran milagro de la subida de las audiencias. Este contrato, como dice el título, «se veía de venir». La triunfal y gratuita aparición de la Pantoja en «Supervivientes» daba para que «superviviera» la vieja amistad de la cantaora y la cadena de Mediaset, que quiere decir de Berlusconi. A mí me parece muy bien, ningún enfado debe ser eterno, y mucho menos, en la televisión, donde no pasan de dos las cadenas que pueden pagar un «pastonazo». Cerrarse eternamente una de las puertas grandes no es bueno ni para el cuerpo, ni para el alma, pero sobre todo para la chequera. Igualmente, las cadenas no pueden prescindir de las grandes como Isabel. Después de unas temporadas de odio sarraceno, las reconciliaciones te llenan los programas de espectadores. Además, Telecinco tiene una especialidad que le va muy bien, se trata del abandono de los platós por los colaboradores de forma dramática y para siempre, aunque regresen a los cinco minutos. Que uno no milite, ni trabaje en la referida cadena no me ciega y reconozco que se apuntan un gran tanto. Ahora sólo queda esperar al debut de la Pantoja, que por cierto, está en un momento muy favorable. Hacía tiempo que no disfrutaba tanto con sus conciertos, no hay nada más que comparar hace unos años, cuando era incapaz de pasar de la hora y media en sus galas. En la actualidad, no tiene ninguna prisa por terminar los conciertos. Hay momentos en que algunas estrellas vuelven a brillar intensamente y todo lo que tocan lo convierten en éxito.