Consejo de Ministros
Sin aristas por Fátima Báñez
Su mirada sincera, su sonrisa amable y su chispa natural te enganchan cuando conoces a Soraya Sáenz de Santamaría. Luego descubres que tiene una interesante conversación, que escucha con atención y que encuentras con facilidad espacios para la complicidad. Y, a pesar de la contundencia de su discurso, como obliga su papel de portavoz en el Congreso, Soraya es una mujer sin aristas, que gana en las distancias cortas. Menuda sí, ¡obvio!, pero sobre todo rotunda. Es una mujer segura de sí misma que pide confianza y la concede. Leal y participativa, trabaja tanto en equipo que mientras su mesa de despacho del Congreso permanece intacta desde hace 8 años, la pequeña mesa de reuniones que está junto a ella, está que echa humo de tormentas de ideas, de iniciativas, mañana y tarde, y de borradores de acuerdos con propios y extraños.
Aunque bien pensado, Soraya también es un relámpago de energía y empeño, que no deja nada para mañana y que te fulmina, en el mejor sentido, cuando te mira a los ojos para anunciarte que ha logrado un buen acuerdo con el adversario político. Cuando ambas aceptamos hace años el reto de trabajar en el proyecto de Rajoy y del PP, dejamos atrás otros desafíos en nuestras acogedoras capitales de provincia, y también, con ello, cualquier asomo de acomodo y conformismo. Elegimos la aventura, nos va la marcha. Y para mí ha sido un privilegio haber formado parte de ese círculo de confianza, exigente pero también cercano, con esta mujer detallista que sabe lo que quiere y ama lo que hace, tal como aconsejaba Steve Jobs en su famoso discurso de Stanford: «Stay hungry, stay foolish, don't settle», decía el genio de Apple. Y eso es lo que intentamos cada día.
Fátima Báñez
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