Madrid- «Todo tiene una continuidad y una confianza. A mí me gusta la continuidad en un proyecto. No soy quién para decidir si continúa o no. Yo me limito a intentar parar las pelotas», afirma con rotundidad el capitán del Real Madrid dos días antes del decisivo encuentro de Málaga, que será, si no hay cambio de criterio en la cúpula madridista, la despedida de Pellegrini , «al que nunca le ha temblado el pulso», como entrenador del equipo.Casillas se suma, pues, a la corriente madridista que no ve necesaria la revolución en el banquillo, al que llegará el portugués Mourinho. Sin embargo, desde la prudencia y como dijo Zidane el otro día, «yo no decido». Lo suyo es intentar que el rival no haga goles y en eso se va a empeñar mañana en La Rosaleda en el cierre de una temporada que le deja un poso de «amargura». «Es una Liga apasionante entre dos equipos que han luchado desde el primer hasta el último momento. Aunque uno tenga ventaja hasta las nueve de la noche no vamos a saber quién es el campeón», explica Casillas, desde el respeto al Málaga.El portero internacional no se olvida de la Copa y la Liga de campeones como «los puntos negros» del equipo, en una temporada que ha sido «increíble, haciendo frente al considerado mejor equipo del mundo el año pasado. Nosotros somos un equipo nuevo, hemos cambiado hasta de presidente, pero el camino es bueno», reflexiona Casillas cuando se compara al Madrid y al Barça.Iker, estandarte del madridismo, tiene palabras de elogio para el rival capitalino. «Me alegro mucho por el Atlético. Siendo madrileño me encanta que dé nombre a esta ciudad. Hay que felicitarle, porque es un señor campeón y hay que felicitar a la afición, que se lo merecía», seguro que los atléticos se lo agradecen.