Argentina

«El narcotráfico está tocando las esferas del poder en El Salvador»

El alcalde de San Salvador tiene el reto de reconquistar el poder que perdió Arena en 2009 a manos de la ex guerrilla del FMLN tras 20 años en el poder. De momento, «con la ayuda de Dios y de los salvadoreños» lidera los sondeos con vistas a los comicios de febrero de 2014. La profunda crisis que atraviesa el país centroamericano podría darle el empujón definitivo.

Norman Quijano, junto a su familia, en un acto electoral
Norman Quijano, junto a su familia, en un acto electorallarazon


–¿Qué puntos positivos y negativos deja su gestión en la Alcaldía?

–El logro más importante, además de la recuperación de espacios públicos, es haber recuperado las finanzas de la institución. Sólo si tienes unas arcas saneadas puedes invertir en los proyectos. NO puede ser a la inversa. El punto negativo es cuando tienes que tomar decisiones dolorosas, como los procesos de recuperación de las calles de la ciudad ocupadas por el comercio informal. Y tienes que hacerlo porque es lo que desea la inmensa mayoría, aunque afecte a 20.000 personas. Eso lleva a tomar acciones de fuerza porque así lo quieren 400.000 capitalinos.

–Su experiencia como gestor se da en la municipalidad. ¿Cree que su balance en San Salvador le basta para regir todo el país?

–Creo que sí. Porque sólo hay que extrapolar. Los problemas son más grandes, pero también los recursos. Hay conceptos que vamos a replicar. Lo primero, rodearnos de gente altamente capaz. Honorable y decente. Luego, gobernar sin distinciones de colores políticos. Por último, introducir un modelo de gestión eficiente que sea consecuente entre lo que decimos y lo que hacemos. Si logramos eso, no tengo duda de que vamos a lograr éxitos.

–¿Qué opinión le merece la gestión del presidente Funes?

–Ha sido un verdadero desastre. No lo digo yo, lo dicen las encuestas. Ocho de cada diez salvadoreños dicen que estamos peor. Todos los organismos financieros internacionales, Banco Mundial, Fondo Monetario Internacional o el Banco Interamericano de Desarrollo nos han retirado el acuerdo de «stand by» porque el país es inviable por el camino que va. Con un déficit fiscal que ronda los 900 millones de dólares, que anda por el 5%. España atraviesa una profunda crisis como la de El Salvador. España viene de un Gobierno socialista, El Salvador de uno de corte revolucionario-marxista que regala todo lo que no tenemos, que mantiene subsidios a costa de endeudarse. Que nos ha endeudado en tres años en 3.300 millones de dólares y hoy hemos leído que están aprobados otros 800 millones más en préstamos. Ya pasamos de los 4.000 millones. Cuando estábamos en 3.300 millones, nos endeudábamos cada día en 2,7 millones. Eso en un país pequeño, con una economía deprimida, que es el que menos inversión extranjera trae y el que menos crece, apenas un 0,5%. Sin embargo, somos un país profundamente asistencialista a costa del endeudamiento. Eso es insostenible y hay que corregirlo.

–¿Hasta dónde está metido Chávez en El Salvador?

–A través de Alba Petróleos, hasta el corazón. Hugo Chávez le «regala» el petróleo a El Salvador en condiciones mucho más allá de preferenciales, sólo se paga un porcentaje de la factura y el resto se financia a 25 o 30 años. Todo ese excedente del petróleo son recursos para el FMLN, que se ha convertido en un partido corporativo. Ellos criticaban al sector privado, lo que ellos llamaban los oligarcas, y se han convertido en los nuevos oligarcas.

–Entonces ya no hay 14 familias, hay 15... ¿Sigue siendo un país de 14 familias?

–(Ríe) El Salvador nunca fue un país de 14 familias. Como en cualquier país hay familias acomodadas que han heredado fortunas. Siempre hubo una clase media pujante. Nos llamaban «los japoneses» de Centroamérica. Fuimos el país con mejor perspectiva de crecimiento mientras nosotros lo administramos. Íbamos en franco ascenso hasta que llego el FMLN. No sólo se frenó el desarrollo sino que se empezamos a retroceder. Las perspectiva de un segundo mandato del FMLN se vuelve catastrófica.

 


-Ahora que Chávez ha sido reelegido, ¿teme que meta mano en campaña?

-Si es que las ha metido desde siempre. Ahora no es sólo Alba Petróleos, ahora es Alba alimentos, Alba medicamentos. Los tentáculos del chavismo están en el salvador desde mucho antes de que el FMLN estuviera en el poder. Yo fui diputado 15 años y yo escuché cientos de veces que el mercado de los carburantes era oligopólico y que las grandes transnacionales se ponían de acuerdo en el precio, cosa que puede que fuera cierta, y que la llegada de Alba Petróleo iba a abrir el mercado y que eso haría bajar los precios. Todo lo contrario. Hoy la gasolina está mucho más cara que cuando gobernaba Arena y Alba Petróleos tiene cada vez más mercado. Cada día, las otras transnacionales, al competir en condiciones tan desventajosas respecto a Alba Petróleos, dejan de licitar. Ellos crecen y crecen, y el combustible es cada día más caro. Y la reserva de todo ese crecimiento va para el FMLN.

-¿Esta usted diciendo que tras la careta a Sánchez Cerén [su oponente del FMLN) está Chávez?

-Así es. Así es. Tiene cualquier cantidad de recursos del chavismo.

-El Salvador es el país centroamericano que menos crece, ¿qué planes tiene para dinamizar la economía? ¿Va a seguir apostando por la agricultura o va a diversificar?

-Diversificar es una palabra importante para nuestro Gobierno. Pero lo primero es despertar la confianza en los inversionistas. Que a partir del primero de junio 2014 las cosas van a ser distintas. Que se van a respetar las inversiones, que no va haber esos bandazos, que va a haber una seguridad jurídica y que la garantía de inversión incluye la posibilidad del retorno (de beneficios). Este Gobierno es el Gobierno de la improvisación y de la incapacidad. Nunca habíamos tenido un Gobierno que no presentara plan de Gobierno. Lo hizo cuando ya llevaba dos años en el poder y lo llamó Plan Quinquenal, que es para cinco años. Debería haberse llamado Plan Trienal en todo caso. Es un Gobierno que está lleno de gente totalmente incapaz que nos ha hecho perder más de cuarenta escalones en el índice de competitividad y nos ha hecho bajar en el índice de desarrollo humano. Somos un país no apto para la inversión extranjera.

-Y la competencia es dura, Guatemala no para de crecer, Panamá, Costa Rica…

- Todos están atrayendo inversiones. Honduras también. La inversión extranjera privada y la nacional están totalmente deprimidas. Los capitales salvadoreños se están moviendo para otros lados, hacia Guatemala, Honduras, Nicaragua, Panamá o Colombia, entre otros, porque no hay garantías sobre las inversiones. El presidente dice, "yo no se que quieren los empresarios, si yo estoy dando garantías", pero su vicepresidente y candidato aplaude las nacionalizaciones de la señora Kirchner en la Argentina contra las empresas españolas y las de Chávez en Venezuela. Aplaudiendo que es una decisión sabia. ¿Puede generar eso confianza en los inversores? No es un buen mensaje.

-¿Cómo pretende frenar el déficit de la balanza comercial, que creció un 20,9% en 2011, y lleva el mismo ritmo este año?

-Nuestro principal socio comercial es EE UU. Lo que tenemos que aplicar son los tratados de libre comercio que nos estaban dando tan buenos resultados y que con este Gobierno se están convirtiendo en letra muerta. Difícilmente vas a incentivar el intercambio comercial con un Gobierno que ve al sector privado como un sector explotador, que no paga tributos, que es el causante de todos los males del país. Todo se sintetiza en la falta de confianza. El Gobierno vive en una permanente confrontación con el sector privado, que es el que puede exportar. Y así difícilmente va a invertir más para producir más y exportar más con un Gobierno que se convierte en un enemigo. Hay que dinamizar los motores de la economía.

-¿Le apostaría al modelo de apertura de Panamá?

-Sí, pero Panamá juega en otra liga y tiene muchos motores de crecimiento. Nunca estuvo acosado por "rojos"ni por extremismos, no tiene los niveles de confrontación ni de polarización que El Salvador. Me parecería excesivo decir que nosotros vamos a convertir El Salvador en otra Panamá.

-¿Cómo va a frenar la corrupción?

-Seremos implacables. Es un cáncer que carcome las democracias.

-Y causante en parte de que perdieran el poder…

-Fíjese que habían diputados del FMLN que decían "este Gobierno se ha robado 4.400 millones de dólares". Sólo una persona está presa y la encarceló el Gobierno de Arena. El único. Este Gobierno no ha abierto procesos por corrupción contra ningún funcionario de Arena. En la misma sesión del Congreso escuchabas a Salvador Arias acusarnos de robar 3.500 millones y a Calixto Mejía aumentar la cifra a 5.000 millones. En un país tan pequeño no creo que la franja pudo haber sido tan ancha. La izquierda nos acusó hasta el cansancio por la corrupción. No quiero decir que no se hayan dado casos de corrupción, pero el Banco Mundial ha dicho que en este Gobierno hay más corrupción que en los anteriores. Los partidos de izquierda se preparan para generar ingobernabilidad, no para gobernar. Con esos datos del Banco Mundial debería haber cientos de areneros manifestándose y nadie lo está haciendo. Somos un partido moderado.

- ¿Hay vínculos entre el Gobierno del FMLN y el narcotráfico?

-No descartaría nada. No me extrañaría que hubiera infiltración del narcotráfico en estructuras medias o incluso superiores del Gobierno.

-¿Se compromete a limpiar esa infiltración?

-Por supuesto. Corrompe al Gobierno y a la sociedad entera. Lo hemos visto con Guatemala. No puedo señalar a nadie, pero lo que se habla en los círculos políticos es que el narcotráfico ya está tocando las esferas del poder en El Salvador. Habrá que comprobarlo.

-¿Militarizará las calles para acabar con la delincuencia común, con las maras?

-Todos los sectores tienen que implicarse en lograr acuerdos para combatir la criminalidad. Soy el primero en ver con buenos ojos que haya seis o siete homicidios menos al día, pero también el primero en denunciar que se ha triplicado o cuadruplicado la cifra de desaparecidos. En los primeros tres meses del año ya teníamos 1.500 desaparecidos, que están muertos en cementerios clandestinos. Entonces, ¿de qué te sirve bajar la tasa de homicidios si se dispara el dato de desaparecidos, la extorsión, el hurto y el robo, y los más altos capos viven como en un hotel de cinco estrellas.

-Pero, ¿se pagará mejor a la Policía, se sacarán más efectivos a la calle, se plantea toques de queda regulares…?

-Habrá una mentalidad abierta para tomar medidas. Lo que le puedo decir es que no me comprometo a mantener el acuerdo entre las pandillas y el Gobierno. Nadie sabe a ciencia cierta qué firmo el Gobierno con las maras. Los de la mara Salvatrucha ya no asesinan a los de la 18 y viceversa. Eso nos hace bajar la tasa de homicidios, pero sigue la extorsión y siguen asesinando y secuestrando a la gente honrada. Entre los criminales no se tocan, es una tregua entre pandillas. Sólo eso. Tampoco la Policía los toca. Eso les deja las calles. En El Salvador, los peores delincuentes, que han decapitado a 50 personas, tienen televisores de plasma en sus celdas, visitas íntimas, salidas clandestinas de los penales…

-Entonces, ¿le apostará al modelo de "mano dura"de Uribe en Colombia o el de Calderón en México?

-El modelo de Uribe funcionó porque se implicó a todos los sectores del país. El de Calderón fue una lucha contra el narcotráfico y creo que en El Salvador tenemos un problema de delincuencia común.