Marbella
La bota malaya
Pues bien, parece que esta semana hay dos eventos con los que entretenerse. La huelga general y el «caso Malaya». La huelga ya veo que la mayoría de los españoles se la están tomando como un día de festejo y vacaciones, casi como para enganchar de puente con el fin de semana y pasará ¡ay! como se esfuma el recuerdo de los días de novillos. Habrá quien incluso haya pensado en irse a Marbella, pero no pudiendo, aquí que no falte de nada, Marbella viene a la ciudad. Jolgorio judicial asegurado durante unas cuantas semanas, con escenario construido acorde a las necesidades, un poco de tablao, algo de chiringuito, un toque de pantalán, arrastrando el polvo del glamour asesinado y las púrpuras fritas.
Después de los esfuerzos de recuperar antiguos esplendores a base de pasear arriba y abajo a la señora Obama este verano, vuelve a la palestra la milla de oro malaya, la divertida, la de Jesús Gil llegando a la costa como un elefante en una cacharrería, la del choriceo de cinco estrellas, el ¡fórrese quien pueda! Los zorrones emperifollados, los rusos con una automática en el paquete, los Mirós en el retrete, las tormentas de ladrillo y las noches blancas de alcaloide.
Más que juzgar a la corrupción en la Costa del Sol, que es una redundancia, se escarmienta a una panda de vivos acusados de matar la ciudad dorada. Y ahí tenemos al Cachuli como alcalde voraz con alma de camarero llenando de propinas bolsas de basura, Doña Marisol Yagüe agarrando cacho con gracia flamenca, el megalómano Roca como ladrón con ostentación, concejales trincones como Pedrito Román, la fiel oposición encarnada en las amplias tragaderas de Isabel García Ramos conservada en Chanel y un nutrido coro de curiosos implicados, entre los que se alza entonando una dolida copla Isabel Pantoja. Dentro de la gran estafa nacional, la verdad es que viéndolos ahora parecen unos criminales de película cómica a lo «Rififí» con sorna andaluza. Marbella seguirá siendo un eterno paraíso para rufianes, pero ellos pasarán a la Historia chapucera de la Infamia con aires de opereta.
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