Berlín
El diálogo entre iglesias y religiones prioridad papal
Benedicto XVI, buen conocedor del mundo luterano, tiende la mano a todas las confesiones en su patria
CIUDAD DEL VATICANO– «Soy un hombre viejo. Si vuelvo otra vez a Alemania, será para mí una alegría ir a Berlín y lo consideraré un regalo de Dios». Benedicto XVI dijo estas palabras en el vuelo que lo llevó a Múnich al inicio de su segundo viaje como Pontífice a su patria. Ha pasado un lustro desde entonces y su deseo se ha convertido hoy en realidad: su salud le ha permitido llegar a los 84 años y recoger ese «regalo de Dios» que significa visitar a Berlín.
La capital germana será la primera etapa de los cuatro días que el Papa pasará en Alemania. Se detendrá también en Erfurt, el enclave católico de Etzelsbach y Friburgo.
Benedicto XVI ha querido que el ecumenismo y el diálogo interreligioso, pilares básicos, aunque a veces olvidados, de su pontificado, sean dos de los grandes protagonistas del viaje. Mantendrá encuentros con representantes de las comunidades judía y musulmana, así como con miembros de las Iglesias evangélica y ortodoxa. Esta mano tendida a todos los creyentes, y en especial al resto de cristianos, vivirá su momento más esperado en la celebración ecuménica con miembros de la Iglesia protestante que tendrá lugar mañana en la parroquia del antiguo convento de los Agustinos de Erfurt, donde vivió, estudió y ofició su primera misa Martín Lutero hace cinco siglos
También levanta mucha expectación el discurso que esta tarde pronunciará el Papa en el parlamento federal alemán. Será la primera vez que Benedicto XVI hable ante la Cámara legislativa de una nación. Aunque un grupo de parlamentarios de izquierda ha anunciado que no acudirá a escuchar las palabras del Pontífice, hay expectación por saber si, como se espera, se refiere a las dificultades sociales y económicas que sufre Alemania y, en general, toda Europa. Antes de hacer esta alocución, el Pontífice se verá con la canciller Angela Merkel, que es hija de un pastor luterano. Por la tarde, celebrará una gran misa en el estadio Olympia.
Últimos retoques en Erfurt
Con una grúa se coloca la gran cruz que presidirá la misa del sábado por la mañana en la Domplatz de Erfurt, junto a su majestuosa catedral. Erfurt, con unos 200.000 habitantes, es la capital de Turingia, una región que sufrió la persecución religiosa bajo la comunista República Democrática Alemana y en la que apenas un 8 por ciento de la población se declara católica y un 25 por ciento, protestante. El Papa visita mañana su catedral y comerá con los seminaristas de esta diócesis, en el corazón de la Alemania más descritianizada. Para compensar, mañana por la tarde visitará Etzelsbach, uan zona que siempre se mantuvo católica.
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