Barcelona

La venganza de Mascarell

La Razón
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La incorporación del socialista Ferran Mascarell como conseller de Cultura ha sido tanto una sorpresa como una venganza. En primer lugar, es la constatación de que CiU no tenía un candidato para un área fundamental para el nacionalismo catalán. La cultura ha sido históricamente un coto cerrado dominado por los progres que otorgaban el carné de la «cultureta» oficial y oficiosa. A pesar de ello, el pujolismo intentó hacerse un hueco y tenía sus agitadores en ese campo. Pujol dedicó cifras multimillonarias a la cultura, tanto en Banca Catalana como en la Generalitat. Mascarell es un eficaz burócrata cultural de trato agradable y sólida trayectoria. Fue delegado de la SGAE en Cataluña, concejal en el ayuntamiento de Barcelona y conseller de Cultura con Maragall. El problema surgió cuando Montilla no contó con él y ERC se quedó con el área de Cultura. La venganza es un plato que se sirve frío y Mascarell ha tenido ahora la oportunidad de devolvérsela al PSC donde más le podía doler. Será un conseller eficaz en tiempos de crisis.