Asia

Tokio

El peor escenario posible: todo Japón expuesto a la radiación

«En el peor de los casos, si se funden las vasijas, se podría liberar el 5% del combustible. Los gases radiactivos contaminarían el entorno de la central y luego, dependiendo del viento, afectarían sobre todo a Japón aunque no hay que excluir un impacto en las Coreas o Siberia», aseguran a LA RAZÓN fuentes del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), que sin embargo no pronostican un Chernóbil ni siquiera para Japón.

La población de Koriyama, en la prefectura de Fukushima, se somete a controles periódicos de radiación en un centro instalado de forma temporal en la localidad
La población de Koriyama, en la prefectura de Fukushima, se somete a controles periódicos de radiación en un centro instalado de forma temporal en la localidadlarazon

«La situación es preocupante pero no como Chernóbil. Para empezar porque la central rusa no tenía sistemas de contención. Se incendió y explotó, liberando al exterior el núcleo. Fukushima aguantó a la perfección el sismo pese a que no estaba diseñada para soportar una sacudida de 9 grados en la escala Richter. Luego vino el tsunami que inundó los generadores diesel de emergencia y se perdió la alimentación. Los reactores se quedaron sin refrigerar. Ahora todo depende de si se logra aportar agua de mar porque si no quedará al descubierto el núcleo», añaden estas fuentes.

En parecidos términos se expresa José María Baldasano, ingeniero químico y catedrático de Ingeniería Ambiental de la Politécnica de Cataluña. Según Baldasano, el impacto en caso de fusión de los reactores más dañados (el 1, 2 y el 3) dependerá de dos factores: el nivel de las emisiones y las condiciones meteorológicas.

«La dirección predominante es hacia el Océano Pacífico. Las emisiones podrían llegar muy diluidas a EE UU, pero el riesgo es esencialmente para Japón salvo que el viento varíe y sople hacia Corea y Siberia. Un escenario raro, pero posible», explica.

Sin embargo, se producen divergencias sobre los perímetros de seguridad si se fundiera el núcleo y las vasijas de uno o varios reactores. La nube radiactiva no se expande de forma radial sino que su comportamiento es similar al del humo. Aunque para algunos expertos en seguridad nuclear los habitantes de Tokio (a 240 kilómetros de la central dañada) no correrían excesivos riesgos si Fukushima reventara, Baldasano no lo tiene tan claro. «Una distancia de unos 700 kilómetros (entre Osaka y la central) parece bastante razonable en el peor de los casos».

En cualquier caso, los pronósticos no son alentadores. El responsable de descontaminar Chernóbil de 1986 a 1991, Yuli Andreev, afirmó ayer que lo más probable es que se produzca algún tipo de fuga radiactiva «no muy poderosa» pero sí prolongada en el tiempo, durante días o semanas.

Carlos Bravo, responsable Nuclear de Greenpeace en España sostiene que ni siquiera se puede excluir que la nube radiactiva llegue suspendida a las costas del Pacífico, algo que descartan por completo desde el CSN. «Es una tontería la situación de histeria de algunas personas en EE UU», aseguran.