Bruselas

Bruselas arremete contra Sarkozy por las expulsiones

«Basta ya». La vicepresidenta de la Comisión Europea, Viviane Reding, con una dureza vista pocas veces en un comisario, terminó ayer con la ambivalencia que mantenía con Francia respecto a las expulsiones de ciudadanos de Bulgaria y Rumanía, pertenecientes a la comunidad gitana, y plantó el puño en la mesa, literalmente.

Un grupo de gitanos es escoltado por la Policía francesa en París
Un grupo de gitanos es escoltado por la Policía francesa en Paríslarazon

La responsable de Justicia adelantó que llevará a Francia ante el Tribunal de Luxemburgo «por vía rápida», y se mostró «convencida» de que el resto de comisarios dará el visto bueno necesario. Reding, durante las últimas semanas muy presionada por el Parlamento Europeo para pasar a la acción, indicó que «en un par de semanas» espera cerrar dos procedimientos de infracción por discriminación al aplicar la libertad de movimientos europea y por no cumplir las garantías procesales que protege la Directiva.

«Es una situación que había pensado que Europa no tendría que vivir otra vez tras la Segunda Guerra Mundial», dijo en alusión a las deportaciones de los nazis, lo que habrá dolido en una Francia donde se recuerda el Gobierno colaboracionista de Vichy.

«Sólo puedo expresar mi profundo pesar, porque las garantías políticas dadas por dos ministros franceses (…) contradicen ahora claramente una circular administrativa emitida por el mismo Gobierno», manifestó.

Reding dejó así claro cuál ha sido el casus belli que finalmente ha hecho que la «leona de Luxemburgo» afile las garras. A pesar de que el ministro de Inmigración, Eric Besson, y el responsable de Asuntos Europeos, Pierre Lellouche, le garantizaron en Bruselas que las expulsiones no estaban dirigidas contra ningún grupo en particular, un documento interno desvelado recientemente probó que París dio órdenes de priorizar los desalojos de los gitanos. «Es una vergüenza», dijo visiblemente indignada.

El Ejecutivo galo esta semana incluso cuestionó la autoridad de la Comisión para vigilar los tratados. «El papel de la Comisión como guardiana de los tratados es uno de los pilares de la UE, una Unión unida no por la fuerza sino por el respeto al Estado de Derecho», replicó ayer Reding.

La comisaria subrayó que las deportaciones de gitanos también atentan contra la Carta de Derechos Fundamentales, lo que implicaría sancionar a un Estado miembro por primera vez desde que este texto entró en vigor hace un año. El único caso con cierta similitud se produjo en 2000, cuando la Europa de los 15 aisló en el Consejo al Gobierno austríaco del xenófobo Jorg Haider por suponer una amenaza para los derechos fundamentales.

El Gobierno, «sorprendido»

El Ministerio francés de Exteriores se mostró «sorprendido» al conocer ayer el anuncio de la comisaria de Justicia, y añadió que «no es con este tipo de declaraciones como se mejora la situación de los gitanos», a quienes no se menciona explícitamente en la nueva orden de Interior.