Barcelona

El Gobierno cierra filas en torno a Mas y defiende la inmersión lingüística catalana

A dos meses de las elecciones generales, el Gobierno utilizó ayer la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC), en la que da un plazo de dos meses a la Generalitat para incorporar el castellano como lengua vehicular en la escuela, para atraerse a CiU a su causa y cargar contra el PP.

La Diada institucional arrancó ayer con la entrega de la Medalla de Honor del Parlament al entrenador del Barça, Josep Guardiola. El acto no tenía por qué ser político, pero los nacionalistas quieren aprovechar el 11-S para reivindicar la inmersión lingüí
La Diada institucional arrancó ayer con la entrega de la Medalla de Honor del Parlament al entrenador del Barça, Josep Guardiola. El acto no tenía por qué ser político, pero los nacionalistas quieren aprovechar el 11-S para reivindicar la inmersión lingüílarazon

Al término del Consejo de Ministros, el portavoz gubernamental, José Blanco, realizó una defensa a ultranza de la inmersión lingüística en Cataluña y, por tanto, de la llamada del president de la Generalitat, Artur Mas, a incumplir la sentencia del Tribunal de Justicia autonómico.

 

Blanco justificó su ataque al fallo del TSJC al recordar que la normativa de inmersión lingüística catalana, que data de 1983 y emuló, según su relato, Manuel Fraga en Galicia, cuenta con el aval del Tribunal Constitucional. A su juicio, esta normativa «ha funcionado muy bien como vehículo de integración a lo largo de todos estos años».

 

Por eso, arremetió, sin citarlo, contra el PP por utilizar como instrumento político de «confrontación y división» la «cuestión de la lengua» en períodos electorales. «El ruido que escuché estos días no es nada nuevo. Siempre que se aproximan elecciones se utiliza la lengua para provocar la confrontación», avisó Blanco.

 

Acto seguido, el portavoz del Ejecutivo rehusó aclarar si estaba llamando al Gobierno catalán a la insumisión, al incumplimiento del auto del Tribunal Superior de Justicia autonómico. Eso sí, aseguró que el Ejecutivo central es respetuoso con todas «las decisiones». No obstante, apostilló que, en este caso, el Constitucional ya se ha pronunciado.

 

Tras cerrar filas en torno a CiU, apostó por trabajar en la dirección de «no utilizar las lenguas como instrumento de confrontación y división y menos como un instrumento político en tiempo electoral». Pero no se quedó ahí en su cortejo a los nacionalistas catalanes. «Pasarán muchos años, decenas de años, para que en Cataluña haya una inversión tan fuerte como la que ha habido» en los siete años del Gobierno de Zapatero, aseguró. De esta manera, respondió a las quejas catalanas en esta materia. Acto seguido, admitió la necesidad de seguir dotando a Cataluña de más infraestructuras, en especial en el puerto de Barcelona.

 



Guerra de banderas el 11 de septiembre

 

Un año más, durante la Diada del 11 de septiembre, en un gran número de ayuntamientos catalanes solo ondeará la bandera catalana, en otros, se mantendrá la bandera española junto a la «senyera», y también se dará el caso de consistorios que sólo exhibirán la «estelada», la bandera independentista. Las capitales de las provincias catalanas gobernadas por CiU desde el pasado mayo, Barcelona y Girona, se mantendrán fieles a la bandera española durante la Diada, a diferencia de Tarragona y Lleida, ayuntamientos del PSC en los que tan sólo ondeará la «senyera», como ya viene siendo habitual en ambas capitales desde hace años. En Badalona, con el PP al frente, volverá a izarse la rogigualda tras varios años. Para evitar que los ayuntamientos de Girona alcen sólo la «estelada», Ciutadans presentó ayer una instancia ante la Delegación del Gobierno.