Bruselas

Hungría tumba las bolsas y el euro

El nuevo gobierno de centroderecha asegura que los socialistas la realidad de la economía

Una oficina de cambio de divisas en Budapest/Ap
Una oficina de cambio de divisas en Budapest/Aplarazon

MADRID- La economía europea vuelve a tener un nuevo frente abierto: Hungría. El reconocimiento por parte del nuevo Gobierno de centroderecha que encabeza el primer ministro Viktor Orban de la «grave situación de la economía» tumbó las bolsas europeas, bastante preocupadas durante la mañana de ayer por la tímida recuperación de la actividad en el primer trimestre del año. El Ibex, cómo no, lideró la caída de los índices bursátiles europeos, y se anotó un descenso del 3,8%. El principal indicador de la bolsa española cerró por debajo de los 9.000 puntos y regresó a niveles de mayo de 2009 arrastrado por la banca.

 

El Gobierno húngaro aseguró ayer que el anterior Gobierno socialista había manipulado las cuentas públicas. El portavoz del primer ministro, Péter Szíjjártó, señaló ayer en Budapest que las cuentas públicas sufrían un deterioro mayor del reconocido, por lo que no era exagerado pensar que la economía del país se enfrentaba a la posibilidad de sufrir una crisis como la griega.

 

El principal problema de la economía griega de acuerdo con las previsiones de la Comisión Europea de esta primavera está en su actividad. El PIB se contrajo el pasado año un 6,3% y no volverá a crecer hasta 2011. El déficit, siempre en el punto de mira de los inversores, está «según las actuales cuentas» en el 4,% del PIB, muy lejos de los datos de España, Grecia o Reino Unido. El temor viene de que la realidad se acerque más al 8%, el doble de lo mantenido por el anterior Gobierno, y de que el plan presentado a Bruselas sea, como el griego, una pantomima.

 

El aumento de la prima de riesgo de nuestra deuda en relación con la alemana hasta niveles históricos sirvió para agravar el miedo escénico de los inversores. La jornada se cerró con un desplome del euro, que cotizaba en Fráncfort por debajo de 1,2 dólares.

 

Sobre el parqué madrileño planea la duda de cuánto tiempo aguantarán las agencias de calificación de solvencia en rebajar el rating de la deuda soberana de España y de las entidades financieras que, en opinión de los analistas, no deben tener una calificación superior a la que actualmente tiene el país.

 

Peligra el rating

 

Daniel Pingarrón, de IG Markets, cree que «además de la prima de riesgo, la Bolsa recibió otras noticias negativas como que JP Morgan haya rebajado el precio objetivo a Santander y BBVA». Victoria Torre, de Self Bank, considera que la rebaja del rating por parte del Fitch tenía que producir sus consecuencias en la Bolsa, como ocurrió cuando S&P hizo la misma corrección en abril. «El hecho de que a España le hayan rebajado la calificación dos agencias tiene su peso entre los inversores extranjeros, y el país se encuentra inmerso en un proceso de reestructuración de deuda y un encarecimiento de la prima de riesgo que tiene malas consecuencias», explicó.

 

Y es que ayer la prima de riesgo de los bonos españoles a diez años continuó con la tendencia alcista de los últimos días hasta establecer un nuevo máximo en 194 puntos básicos (1,94% más que el bono alemán a idéntico plazo), después de alcanzar los 197 puntos. Sobre este parámetro pesan la incertidumbre sobre la recuperación de la economía y los problemas para acordar una reforma del mercado laboral, que todas las instituciones internacionales y nacionales consideran indispensable para corregir la situación. La sombra de una huelga extiende la sensación de miedo sobre los inversores. En el mercado, el bono a diez años llegó al 4,58% frente al 2,61% de su homólogo alemán. En el caso de la deuda a corto plazo (tres años) la diferencia de rentabilidad es del 3,21% frente al 0,63%.

 

Una nueva Grecia

 

En Europa el miedo es también patente. Las bolsas de París, Fráncfort, Londres o Milán cerraron ayer con fuertes bajadas, inferiores, eso sí, a la española. El hecho de que Hungría pueda tomar el relevo a Grecia en los próximos meses es un problema adicional para una economía, la europea, que progresa a ritmos demasiados débiles.

 

El Banco de Hungría salió a última hora de la tarde con un mensaje de tranquilidad cuando ya los mercados habían echado el cierre. Para la institución monetaria, la economía húngara está en vías de recuperación, con un déficit que cerrará el año en el 4,5%.