Bruselas

Salgado improvisa una nueva rebaja del gasto no financiero

La mañana amanecía con titulares de «emergencia económica europea»; la prima de riesgo española llegó a los 380 puntos básicos, Zapatero se reunía en La Moncloa con el presidente del Consejo Europeo, Van Rompuy, para preparar una reunión extraordinaria del Eurogrupo este mismo fin de semana; los ataques de los especuladores no cejan; España se asoma al abismo y nuestro presidente del Gobierno culpa a Alemania del repunte de la crisis

Salgado improvisa una nueva rebaja del gasto no financiero
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La situación es tan crítica que hasta el jefe de la oposición, Mariano Rajoy, sale al quite, lanza un mensaje de tranquilidad y dice que España es un país solvente.
Y con estos mimbres, aunque ya con la prima de riesgo relajada en los 314 puntos básicos y con una caída de la Bolsa más moderada, Zapatero, acudía, por la tarde, a pedir el aval al techo de gasto público no financiero que se ha fijado en 117.353 millones de euros para el próximo ejercicio, un 3,8 por ciento menos que este año para transitar por la senda de la consolidación fiscal que marca Bruselas. Era la primera piedra para construir los Presupuestos Generales del Estado para 2012, y salvó el trance. Por tercer año consecutivo, lograba el aval del Congreso con la abstención de los nacionalistas catalanes, vascos y canarios, y con el voto en contra de PP, ERC, IU-ICV, BNG y UPyD.
El voto del PNV y CC se daba por descontado desde hace días, no así el de CiU, que llegó a dudar entre la abstención y el voto en contra. «Hay elementos para reflexionar y para que el voto de CiU sea consecuente con lo que se ha hecho en otras ocasiones», aseguraban Josep Antoni Duran i Lleida para llamar la atención sobre la gravedad de la situación económica y la posición responsable una vez más de los suyos.
La tarde parlamentaria no tuvo, sin embargo, al techo de gasto de protagonista. El Gobierno estaba en máxima alerta por el repunte de la crisis de la deuda. Las caras de preocupación, y en algún caso de angustia de algunos ministros y diputados socialistas lo decía todo. La economía española volvía a estar al borde del abismo, y la vicepresidenta económica improvisó un nuevo recorte del techo de gasto superior al 3,8 que presentó ayer en la Cámara. No dijo más, salvo que no descarta que el Gobierno tenga que ajustar aún más el gasto cuando lleve a la Cámara la ley de presupuestos y que la reducción del déficit es hoy aún más importante debido a la inestabilidad de los mercados financieros. «Se hace más necesario que nunca dar muestras de nuestro firme compromiso con la austeridad el gasto», afirmó. El PP, por boca de Cristobal Montoro, relacionó el anuncio con la incapacidad del Gobierno de trasladar «fiabilidad y credibilidad» a los mercados. Nadie sabe, en todo caso, si las cuentas generales para 2012 llegarán o no al Congreso antes del 30 de septiembre, si Zapatero disolverá las Cortes o no, pero en lo que todo el mundo coincidía es en que a España -que no al Gobierno- lo que menos convenía es que ayer no se aprobara el techo de gasto presupuestario.