Bilbao

Toros de Joselito para hacerse el rey

- Bilbao. Cuarta de las Corridas Generales. Se lidiaron toros de La Reina y El Tajo, de La Reina, 1º y el resto de El Tajo, muy bravo el 2º, encastado el 3º y muy bueno el 6º. Buen encierro de Joselito. Tres cuartos de entrada largos.- Morante de la Puebla, de verde hoja e hilo blanco, dos pinchazos, media (silencio); estocada caída (saludos). - Sebastián Castella, de marino y oro, media caída (saludos); tres pinchazos, estocada (silencio). - Leandro, de habano y oro, cinco pinchazos, aviso, estocada (silencio); media caída, aviso, cuatro descabellos (saludos).

Leandro Marco en un derechazo al sexto de la tarde ayer en Vistalegre
Leandro Marco en un derechazo al sexto de la tarde ayer en Vistalegrelarazon

Había puesto el listón muy alto Joselito con la corrida lidiada en San Sebastián hace apenas unos días. La ruta del norte. Un camino paradisíaco en el que ha dejado seis toros importantísimos en dos corridas. Ayer saltaron al ruedo grisáceo de Bilbao dos toros de sobresaliente y otro, muy encastado, que pone en apuros al torero porque exige mucho y todo por abajo. Ni uno quería por arriba, ni medio pasaba. No había que consentirlo, la historia se debatía en el poder. Pero hubo dos toros que brillaron más, mucho más que el resto, y pusieron el encierro de Joselito en el palmarés de las corridas buenas de Bilbao. Difícil es que te embistan tres toros en una tarde y más de esa manera.

Apretó el segundo toro en el caballo y derramó alegría en la brega. Lo cantaba. Llevaba escrito en la frente que lo suyo era una leyenda de bravura. Castella, que lo había sorteado en su lote, se fue a los medios para prologar la faena con un par de pases cambiados por la espalda. Le salieron, como se pueden imaginar con ese toro embistiendo a mil, de vértigo. Y de milagro. Tanta casta y tanta bravura era difícil condensarla en el trazo de la muleta. Se hizo. Como se hizo la primera tanda de derechazos ligados y templados, en ese bellezón de toro al galope. Descolgado, fijo en la muleta, en el toreo, entregado, era un huracán de bravura que tenía mucho que torear. También por el izquierdo. Por ahí se puso Castella. Ayudado casi siempre, largo se iba el toro, era un universo de embestida. Y cuando nos entregábamos a la belleza, vaya, llegaba el enganchón. El trasteo se fue agolpando poco a poco. En vez de coger fuerza, de hincharse, de primar lo rotundo, lo bueno... Lo engulló el tiempo y quedó en nada.

El tercero resultaba un alarde de casta en estado puro. Con lo que eso supone a la hora de torear. Respondía de verdad si encontraba muleta contundente y por abajo. A Leandro le pilló con la voluntad íntegra y el oficio en camino. La falta de mando le hizo la faena más cuesta arriba. Se llevó después la otra joya de la corona. Menudo sexto. Cómo hacía el avión ese toro. Qué manera de galopar en la muleta. Se desplazaba de aquí para allá con un temple delicioso. ¿El soñado? Gran toro. Leandro lo tuvo en la mano. Anduvo estético con él, metiendo los riñones a veces, airoso en los remates, corto en las series y destemplado con el acero.

Al único que no le embistió un toro fue a Morante. Tiene... Y le buscó las vueltas al cuarto. Y al renqueante primero. Tampoco sirvió el quinto, ni anduvo fino Castella. Tres toros tres de El Tajo, de Joselito, para convertirse en rey del toreo. El reino a los pies. Y ahí quedó. Desierto. Vacío.


El cartel de hoy
Toros de Victorino Martín para Juan José Padilla, Diego Urdiales y El Cid