Madrid como referencia

La precampaña electoral está marcada por el mensaje que el candidato socialista, Rubalcaba, quiere introducir en la sociedad española: «lo que viene es peor»; que el PP es el retroceso en las conquistas sociales conseguidas durante las distintas etapas de gobierno socialista y que con el vuelo de la gaviota, acabaremos todos con plomo en las alas hasta darnos un buen porrazo. Rubalcaba desciende al sistema de las comparaciones entre comunidades gobernadas por el PSOE y PP. Escoge dos de ellas: Andalucía y Madrid, y en un acto de sublime nepotismo y falsificación evidente de datos, pone la sanidad pública andaluza y la educación en unos niveles altísimos, a años luz de la vilipendiada Comunidad de Madrid, gobernada por los populares y marginada por el gobierno de Zapatero. Rajoy sí puede, con los datos en la mano y la veracidad de los hechos, poner como ejemplo de gestión el de Madrid, gobernada por su partido. Los datos son contundentes: la economía madrileña es la que más crece de toda España, y en consecuencia, el PIB; la tasa de paro está por debajo de la media nacional; es una de las comunidades menos endeudadas; aquí se han hecho las mayores inversiones en infraestructuras sanitarias; puede ser un ejemplo de recortes gastos del Consejo de Gobierno y reducción del número de consejerías, y es elogiable el plan de potenciación de los transportes públicos, especialmente la ampliación del Metro. En el debate a dos, si Rubalcaba saca la demagogia descafeinada, finamente manipulada como en él es costumbre, Rajoy puede darle una dosis de «verdalín», que es el antiséptico contra la mentira crónica.