Hollywood
Todd Solondz: «Hacer una película es una pesadilla»
Estrena «La vida en tiempos de guerra», premio al mejor guión en Venecia
Solondz aparece equipado con el disfraz de empollón que no habla con nadie en el patio, pero su inteligencia penetra las gafas de pasta que lo ocultan para charlar sobre «La vida en tiempos de guerra» (mejor guión en Venecia 2009), que retoma los temas y personajes de «Happiness» para reelaborar su discurso sobre el aislamiento, la incomunicación y el fracaso de los sentimientos. -En todos sus filmes los personajes están en guerra consigo mismos. ¿De qué guerra nos habla ahora? -En esta ocasión quería explorar cómo la guerra ha afectado a la vida interior de las clases privilegiadas. Quería trabajar con los conceptos del perdón y el olvido. En los once años que separan «Happiness» de esta secuela los atentados del 11-S han cambiado el modo en que los americanos se relacionan con su propia intimidad. Me interesaba la manera en que estos personajes luchan con sus propios problemas; no tanto quién gana, sino el propio proceso de lucha. Como dice uno de los personajes, el enemigo es interior. -Su mirada sobre la familia sigue siendo pesimista…-¿Es bueno ser optimista, tener esperanza, celebrar finales felices, en tiempos de guerra? Ser optimista no es mejor que ser pesimista: todo depende del contexto. -Cambiemos «pesimista» por «disfuncional».-La palabra «disfuncional» me da un poco de grima, a estas alturas me parece algo banal porque todo acaba por encontrar su manera de funcionar.-Es la primera vez que trabaja en vídeo de alta definición. ¿Qué ha aportado este formato al acabado formal de la película?-Lo escogí porque no me podía permitir el celuloide. Ésa es la primera razón. Pero lo cierto es que el HD tiene otra textura, de una claridad prístina, muy limpia, muy diáfana, que Ed Lachman explotó a favor de la definición de los personajes.-¿En qué ha afectado la crisis al mal llamado cine «indie»?-La crisis económica está afectando sólo al cine hecho fuera de los estudios. Hollywood está sobreviviendo: en época de crisis todo el mundo quiere evadirse. Mientras tanto, los independientes son más dependientes que nunca. -Pero usted sigue en la brecha…-No hago cine para divertirme. Es un proceso de descubrimiento. Y en el transcurso de ese proceso, me pregunto: «¿Por qué estoy haciendo esto?». Y nunca lo sé. En cada fase, todo cambia: en el montaje, descubro cosas que no quería hacer o que no sabía que podía conseguir. Lo único que sé es que hacer una película, y ésta no ha sido una excepción, es una pesadilla, y puedes estar contento de haber sobrevivido. No me han despedido, no me han puesto demandas: estoy feliz.
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