Salud
Demasiado pecho para tan poca espalda por José Antonio VERA
Aunque lo que están de moda son las operaciones para aumentar el pecho, cada día son más numerosas las intervenciones quirúrgicas para lo contrario, es decir, reducir el volumen de las mamas. No sólo por cuestión de estética sino porque numerosas mujeres tienen una delantera exagerada y eso les provoca diferentes problemas de salud. Se carga excesivamente la espalda con peligro de escoliosis, amén de contracturas habituales y un evidente problema de estima personal. Muchas mujeres con unos pechos demasiado abultados no se sienten a gusto consigo mismas y necesitan cambiar su imagen en una zona tan femenina e importante para ellas. El problema es tal que alguna afectada lo explica así de gráficamente: es como colgar dos bolsas detrás del cuello y llenarlas con litro y medio de agua cada una. Tres kilos con los que cargar a todas horas, que no so sólo generan problemas con una bonita camiseta o un vestido, sino incluso para dormir.
Una chica de 17 años se lo contaba de esta manera a otra: «Estoy desesperada porque peso 50 kilos y tengo una talla de 110-115 y no encuentro sujetadores para mi edad». Hay mujeres muy obesas a quienes llegan a medirles 130 o más, lo que supone una auténtica complicación de salud, que finalmente puede producir encorvamiento de columna y por supuesto dolor de cuello y hombros, amen de irritación cutánea, infecciones de la piel y problemas psicológicos. El pecho gigante, además, no se puede reducir con ejercicio o dieta normal. Hay ejercicios específicos que fortalecen la musculatura y tonifican las mamas, pero no llegan a reducir la masa de grasa, que es el responsable en definitiva del abultamiento.
De ahí que cada día sean más frecuentes las intervenciones quirúrgicas para reducirlas, una operación que suele consistir en dos cortes (uno en el borde de la aureola del pezón y otro vertical hacia el surco de la mama), que dejan una cicatriz en forma de T o J. Dicen los especialistas que no es complicada, aunque si laboriosa si se quiere hacer un trabajo bien hecho: conseguir dos pechos simétricos y del tamaño adecuado. Entre sus inconvenientes están las lógicas molestias y el hecho de que se corre el riesgo de afectar a los llamados conductos galactóforos, unos pequeños tubitos que conectan las glándulas que producen leche con el pezón, por lo que si se cortan mal o por accidente la paciente no podrá dar de mamar a su bebé. Un riesgo que suele ser mínimo, igual que otros como hemorragias, infecciones, problemas de cicatrización, asimetría, cambios, pérdida de sensibilidad o simplemente un resultado insatisfactorio con el tamaño o el arte final.
También se dan este tipo de intervenciones entre los hombres, dado que el desarrollo anormal del pecho puede afectar a un 40 por ciento de la población masculina, aunque la realidad es que 9 de cada 10 operaciones de reducción son realizadas a mujeres. De manera que se trata de un procedimiento últimamente muy extendido, aunque no tanto como su contrario: el aumento de pecho. Un hábito este último al que le están surgiendo numerosos detractores habida cuenta de que se acumulan los problemas. Parece que en este momento hay en España 10.000 prótesis de silicona de la marca PIP, sospechosas de producir roturas e inflamaciones locales a sus portadoras. Se ha llegado incluso a crear una asociación de afectadas por prótesis que denuncia el hecho de que se están produciendo deformaciones, inflamaciones en el abdomen o la espalda, aparición de bultos, vómitos y líquido del implante liberado que se mezcla con la materia orgánica del cuerpo creando complicaciones en senos y ganglios axilares.
Es verdad que se trata de cuestiones puntuales asociadas a un tipo concreto de prótesis, al parecer de fabricación china y comercialización francesa, pero las afectadas están atravesando un auténtico calvario de médicos y nuevas operaciones que les están amargando la vida. El caso de la Mamoplastia es bien diferente. La reducción de pechos no parece tan afectada por tales inconvenientes, aunque también es cierto que presenta sus contraindicaciones y que cualquier decisión al respecto ha de ser muy sopesada con médicos y especialistas.
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