Valencia
Frühbeck incombustible
Rafael Frühbeck empieza la próxima semana un periodo de gran actividad en España. A sus 79 años dirige más de 100 conciertos anuales. Una intervención en un dedo le privó de su primer concierto con la orquesta de Valencia. El programa con la «Consagración» y la «Heroica» pasará a otra temporada. En el segundo estrenará «Ful- gores», de Palomo, escrito para guitarra y violín. Volverá a Madrid el 27 de diciembre para la «Novena» con la Sinfónica y en enero, se pondrá al frente de la ONE en los programas «La infancia de Cristo», «Emperador» y «Fantástica». Una tercera semana, liberada para cedérsela a López Cobos, ha sido tomada por la Sinfónica de Viena, con quien abordará la «Tercera» de Brahms. Pasará el 29 de marzo, al Real, invitado por Mortier con la «Quinta» beethoveniana. Lo de la ópera o gran zarzuela parece estar más verde y tampoco él lo echa de menos.
Entre medias pasará el fin de año en Copenhague, donde ha preparado un concierto muy especial con la Orquesta Nacional de Dinamarca, de la que es titular hasta 2015 y con la que acaba de triunfar con el «Requiem» de Verdi. En EE UU continuará su trabajo en las principales orquestas, cerrando con la Sinfónica de Boston –ya por tercera vez– el Festival de Tanglewood con la «Novena». Al tiempo de dirigirla en octubre, los músicos manifestaron sus preferencias en la sucesión de Levine para la titularidad: Masur, Haitink y Frühbeck. Sin embargo, su administrador artístico, Anthony Fogg, se decanta por buscar alguien más joven que los citados. Hay que recordar que el maestro fue segundo en la sucesión de Cleveland tras la desaparición de Szell en 1970 aunque el primero, Kertész, fue rechazado por el consejo de administración, que finalmente nombró a Maazel. Conviene que el público sea consciente de estos niveles porque nadie suele ser profeta en su tierra.
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