España
Mejor solos que en mala compañía discográfica
Sigue existiendo industria musical. Pero no se engañen. Aunque antes fuera una pangea y ahora parezca un archipiélago. También habrá quien diga que montarse un tenderete propio para vender discos y hacer conciertos no es una industria, y habrá muchos que prefieran ese modelo si se compara con la formas de hacer de las multinaciones.
EMI hizo «crack» con estrépito hace unas semanas debido en gran parte a un patinazo financiero, pero dejando detrás de sí un reguero de cadáveres por su mala relación con los músicos. Radiohead, en 2007, fueron los primeros (bueno, los más ruidosos) al anunciar que regalaban «In Rainbows» por internet y que dejaban la mítica compañía de las tres letras por sentirse poco valorados. Lo que sigue es una historia que se está escribiendo.
La proeza musical del siglo XXI en España se llama Vetusta Morla. La banda de Tres Cantos (Madrid) superó el (devaluado) disco de oro, es decir, 35.000 copias (antes eran 50.000), sin promoción, ni marketing, ni compañía, ni más padrinos que las descargas. Es imposible calcular cuánta gente tiene su disco en el iPod, o cuántos han escuchado sus canciones, pero el resultado fue una maratoniana gira trasanlántica con apenas un álbum de debut. Nadie puede ponerse el cartel de «independiente» con más orgullo, pero ellos han terminado por sonar en todas las radios. Su segundo disco, previsto para este año, ya inunda la web de especulaciones. Santi Balmes es el líder de Love of Lesbian, otro de los fenómenos del pop español, pero ellos no son debutantes, ya llevan 14 años. «Nos autoeditamos porque queremos formar parte de ese modelo. No es que tengamos una estricta moralidad en contra de las compañías, pero ahora, cuando nos vienen con una oferta, somos como el hermano pequeño que mira a los ojos al grande y le dice: ‘'¿Qué me ofreces? Pues mira, no nos interesa''».
Promoción Facebook
Balmes y su banda llevan dos años de gira con el mismo repertorio. Llenaron cuatro noches seguidas la sala Joy Eslava de Madrid hace dos semanas. Podrían haber abarrotado La Riviera con más de 4.000 personas. «Hemos pasado hasta cuatro veces por los mismos sitios. Va por oleadas. De repente, cien personas te preguntan en una semana en Facebook: "¿Cuándo tocáis en Madrid?'' Y Nosotros: "Pero diablos, si acabamos de estar''».
Tienen su propia promotora de conciertos. «Mira –dice Balmes–, aunque una "multi'' nos ponga 100.000 euros por delante, es que ese dinero ya lo tenemos ahorrado y lo hacemos con unos conciertos. No somos unos jovencitos pazguatos con ganas de mover el culo en Telecinco», asegura. Cree que ha cambiado la vara de medir el éxito, que se cifra en los conciertos, «porque hay cantantes que venden 50.000 copias y no llenarían una sala ni mediana». Pero sin que eso justifique la «piratería». «Ya no existen los gastos de distribución de la música, y es lógico que el precio baje. Y es mejor que paguen 100.000 personas a 2 euros que 1.500 a 10», apunta.
Nacho Vegas no viene de una multinacional, pero ha decidido autoeditarse, frustrado con su relación con la anterior discográfica, Limbo Starr. Y no, no regala el disco. Por su cuenta ha alcanzado el número tres de ventas de álbumes físicos en España, según Promusicae; claro que, para ser justos, ese puesto se alcanza vendiendo la penosa cantidad de 1.400 copias.
Junto a él, Raúl Fernández, líder de Refree y Fernando Alfaro, de Surfin Bichos, otros dos pesos pesados de la escena. Los tres han fundado Marxophone con una declaración de intenciones: «Hagamos historia. Desde hace años cada vez se hacía más complicado perder tiempo en discusiones innecesarias y agotadoras que tienen que ver con eso de sacar discos.
No es un problema con los sellos discográficos en general ni con las personas que se encargan de ellos, todas maravillosas, sino con la idea del sello en sí misma. Sinceramente, ¿es imprescindible tener sello a estas alturas?», afirman en un manifiesto fundacional conjunto. «Estamos en el mejor momento de la historia del pop en España y a las compañías no les ha interesado. Pues la música sigue», añade Vegas.
Joe Crepúsculo, El Guincho, y Ojos de Brujo son otros ejemplos de autoedición de éxito, pero la lista es larga, y se diluye en la frontera con las pequeñísimas discográficas que van surgiendo y que funcionan como cooperativas. Pinker Tones regalaron 50.000 copias en el metro, CatPeople, otro de los grandes nombres del pop, regalarán su próximo disco, autoeditado, con la revista Mondosonoro.
Alternativa
Lo ha hecho estrella sueca Ro-byn, que tras ver cómo su proyecto «The Knife» fracasaba por culpa de la discográfica, se autoedita. Y por eso decidió sacar un álbum triple. Exactamente igual que Standstill. La banda barcelonesa sorprendió con el ambicioso (y también triple) «Adelante Bonaparte», uno de los mejores trabajos de 2010 en España. La autoedición no es la alternativa para jóvenes emergentes. Kiko Veneno: «Las compañías se han basado en las modas. Han acabado con el legado de los grandes músicos para hacer canciones para adolescentes», aseguraba en una entrevista. Y Juan Perro, que es decir Santiago Auserón, también se autoedita porque asegura que «las compañías están obsesionadas con las cifras de ventas».
Manual de supervivenciaJosep Coll es abogado especialista en asuntos de propiedad intelectual y organiza en el Círculo de Bellas Artes de Madrid un curso de autogestión musical. También ha editado un manual de supervivencia para músicos que empiezan. También es músico, aunque «la industria lo echase» y, en contra de lo que cabría esperar, no es un enemigo de las compañías: «Al contrario, hace falta una industria de verdad. Lo de la autoedición es un mito», sostiene. «También hay muchos que utilizan ese cartel para darse publicidad y dicen que no les importan las descargas pero en privado te reconocen cuánto les cabrea. También pasa que antes era rentable vender tu alma al diablo, y ahora no hay grandes cheques, así que algunos hacen de la necesidad virtud», dice Coll, que baja los pies a la tierra de los que sueñan con la autogestión: «Conozco a mucha gente con cajas y cajas de discos en casa». MySpace apoyó muchas carreras de grupos que hoy tienen un nombre o un nombrecito. Pero la marca de California empieza a languidecer. La pinza virtual de Spotify y Facebook ha dejado apolillado al sitio web de música por excelencia. Aprovechando la «ola» del invento de Zuckerberg, y con el que fuera responsable de mySpace España, Borja Prieto, nace Herzio, una empresa que ofrece de forma gratuita herramientas para la distribusión de música, venta de entradas para conciertos y fabricación de merchandising... el «hazlo tú mismo» que dio origen al rock & roll. Momento increíbleYa hay 6.200 bandas registradas, y tres millones de usuarios. Sin costes previos, la empresa, formada por 11 jóvenes españoles, es capaz de sacar beneficios de la venta de una sola camiseta con el diseño que una banda de barrio elija subir a la web. Ellos se encargan de todo el proceso de producción y también de la distribución. El grupo sólo recoge los beneficios, cuyos márgenes, por cierto, también puede elegir. «La industria musical está en un momento increíble», dice Prieto. En Herzio han abierto su perfil desde Carlos Baute a Lori Meyers o CatPeople.El detalle: GUERRILLASQuedan pocas plazas para apuntarse. «Hacemos algo así como el Libro Rojo de Mao», dice el abogado Josep Coll sobre las tácticas que enseña para los músicos que deciden autoeditarse. El 11 y 12 de marzo, en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, Coll organiza el III Seminario Internacional de Música y Artes Escénicas. En él se tratarán desde la forma de editar un disco (también el vinilo y su coste y fabricación), montar una estrategia de lanzamiento, formatos existentes y costes, negociación de contratos o formas jurídicas de constituir un sello discográfico e incluso «marqueting manuchaoista». (www.simbaweb.es)
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