Bankia

La gran banca tumbó el plan de Rato

Santander, BBVA y Caixabank temían unos efectos catastróficos para el sector si Bankia declaraba unas pérdidas de 5.400 millones al hacer la limpieza

La gran banca tumbó el plan de Rato
La gran banca tumbó el plan de Ratolarazon

MADRID- Un plan de saneamiento agresivo. Eso era lo que propuso el ex presidente de Bankia, Rodrigo Rato, para enderezar el maltrecho rumbo de la entidad financiera. Pero tan audaz era el esquema que había preparado, que corría el riesgo de desestabilizar a todo el sistema financiero español en su conjunto, lo que dio al traste con el mismo y motivó la salida de Rato de la presidencia de la entidad fruto de la fusión de siete cajas de ahorros.

Todo se ventiló, según explican a este periódico fuentes conocedoras del proceso, en la reunión que mantuvieron el pasado domingo día 6 el ministro de Economía, Luis de Guindos, con los responsables de las cuatro principales entidades financieras españolas: Emilio Botín (Banco Santander), Francisco González (BBVA), Isidor Fainé (Caixabank) y el propio Rodrigo Rato (Bankia). En dicho encuentro, se abordaron las posibles alternativas existentes para salvar a la entidad ahora nacionalizada y el plan de saneamiento que había preparado Rato para sanearla y que pudiera seguir adelante por si misma sin necesidad de ayudas públicas o de fusiones con otros bancos.

El esquema, fechado el 1 de mayo y al que ha tenido acceso LA RAZÓN, pretendía limpiar de una vez por todas de activos tóxicos asociados al sector inmobiliario el balance de la entidad. Para ello, planteaba un saneamiento agresivo de los activos antes del primer semestre de 2012 por importe de 8.500 millones de euros para cubrir las posibles situaciones de estrés de la economía española dado su actual ciclo económico. Con ellos, la exposición inmobiliaria quedaría cubierta por la provisiones totales en un 40%, en tanto que los activos problemáticos quedarían cubiertos por provisiones en un 50%. El ratio de cobertura de morosidad –provisiones sobre créditos dudosos– sería ligeramente superior al 100%. Todo permitiría, según el plan, concluir el ejercicio con una fenomenal solvencia: un 16% de «core capital», «uno de los más elevados del sector en Europa», concluía el documento.

Reestructuración
Adicionalmente al saneamiento, se planteaba «una reorganización corporativa y la simplificación de la estructura BFA-Bankia», que permitiría a la segunda recibir activos de BFA «ya completamente saneados», así como la participación en la compañía de seguros Mapfre y otros activos «que fortalecerán la situación del grupo».

El resultado de la puesta en marcha de este plan implicaba, a corto plazo, un impacto brutal en las cuentas de la entidad. En el momento de aplicarse, las pérdidas asecenderían a 5.400 millones de euros, si bien debido a la limpieza total del balance, la entidad esperaba obtener beneficios mensuales de entorno a 100 millones tras su puesta en marcha, con lo que a finales de año, las pérdidas serían de 4.343 millones de euros. Para 2013, se esperaban unos beneficios de 1.230 millones, que crecerían año tras año hasta llegar a los 1.909 millones en diciembre de 2015. Para entonces, las ayudas pendientes de devolver al Fondo de Reestructuración Ordenada de la Banca (Frob) serían de 2.452 millones de euros.

Fin de semana
El plan fue presentado por Rato tanto a De Guindos como al Banco de España, que le dieron su visto bueno el viernes día 4. En principio, la intención era presentarlo públicamente el pasado viernes, después de que el Consejo de Ministros aprobase el nuevo paquete de medidas para reestructurar el sistema financiero y una vez hubiesen cerrado los mercados. Pero un día después de recibir el aprobado de Economía y el Banco de España, el sábado día 5, las cosas se torcieron de forma irreversible. Según las mismas fuentes, ese día, un informe encargado por el Ejecutivo a Goldman Sachs para evaluar las repercusiones políticas y económicas del plan alertaba de que las pérdidas de más de 5.000 millones iniciales que contemplaba podían desestabilizar al sistema financiero español en su conjunto, con las brutales consecuencias que eso acarrearía para los demás bancos y para toda la economía.

El informe de la auditora Goldman Sachs, más que el interno hecho por la consultora Deloitte para Bankia, fue el que realmente encendió las alarmas y propició la reunión de De Guindos con los responsables de las cuatro principales entidades financieras españolas la tarde del domingo día 6 en la sede de Economía. En el encuentro, González y Botín –Fainé prefirió quedar en un segundo plano– fueron los que más hincapié hicieron en que, como decía el plan de Goldman Sachs, el plan de saneamiento de Bankia no era viable porque ponía en serio riesgo a todo el sector y que lo mejor era aparcarlo.