Salud
Sexo pasado de kilos
Los expertos aconsejan posturas que impliquen poco gasto energético para evitar una insuficiencia cardíaca. Desmienten el mito del pene pequeño, ya que su tamaño es normal, pero está oculto por una capa de grasa
La obesidad es una de las enfermedades del siglo XXI que también puede afectar a la vida sexual. Pero esto no siempre tiene porque ser así. El presidente de la Sociedad Gallega de Endocrinología Nutrición y Metabolismo (Sgenm), Manuel Botana, explica que «la vida sexual del paciente obeso se ve afectada por los cambios en la anatomía corporal, supeditados a la concepción sociológica de la belleza, y que puede influir en las relaciones pero, en sí misma, desde un punto de vista hormonal, no incapacita la vida sexual». Coincide con él Antonio López, psicólogo del Instituto de Sexología Sex Al Andalus. «Hay estudios que afirman que las personas obesas presentan un porcentaje mayor de disfunciones sexuales, pero las hay que presentan gran calidad de vida sexual».Lo cierto es que, aunque depende en gran parte de la manera en la que se afronten las relaciones, sí pueden darse problemas como la disfunción eréctil, a raíz de dificultades ligadas a la obesidad, como puede ser la diabetes. «El trastorno puede derivar en relaciones insatisfactorias, prácticas vividas con angustia, disminución del deseo, incapacidad para tener orgasmos, problemas de erección o incomodidad en algunas prácticas», apunta Antonio López.A nivel hormonal, suele también hablarse de desajustes por la acumulación de grasa en los vasos sanguíneos, pero los estudios en este campo son difíciles de realizar y no se llega a enunciados concluyentes. Así lo explica Botana, que además añade que «sólo si el acumulo de grasa se traduce en la aparición de una arterioesclerosis clínica, ésta conlleva un mayor aumento de disfunción eréctil». Al preguntar a Botana sobre si se produce algún cambio a nivel hormonal que se traduzca en cambios corporales, argumenta que «en el caso de la descripción de penes pequeños, en realidad son penes de tamaño normal, pero parcialmente incluidos en un panículo adiposo grueso, que los hace parecer más pequeños de lo que son». Sobre el tema de la aparición de mamas en los hombres obesos, el presidente de la Sgenm también señala que «sí hay una pseudoginecomastia derivada del acúmulo de grasa en la zona mamaria/pectoral». AutoestimaOtro de los problemas que suelen afrontar los afectados por el exceso de peso es el de la baja autoestima. El estrés a visualizar los cambios que se producen en el cuerpo hace que eviten los encuentros sexuales, no quieran mostrarse desnudos o que disminuya su deseo. A la consulta del Instituto de Sexología Al Andalus, acuden pacientes con obesidad, sobre todo mujeres, a las que «se les recomienda trabajar las emociones, las habilidades sociales y la comunicación, así como estrategias de seducción– explica el psicólogo y sexólogo Antonio López– e igualmente revisar cuestiones fisiológicas que intervengan en la disminución del deseo». Otra recomendación es abrir el abanico de la sexualidad, no centrándola sólo en el coito, de manera que se aproveche esta situación para realizar otro tipo de prácticas, como la masturbación mutua o el sexo oral. Aun así, a la hora de practicar la penetración se recomiendan posturas que supongan poco gasto energético, ya que así no acentuarán problemas de insuficiencia respiratoria o de ritmo cardíaco, comunes en personas obesas. Éstas suelen ser el misionero o penetrar desde atrás, cuando es la persona penetrada la persona obesa, o bien con la mujer arriba, cuando es el hombre quien padece el trastorno. Otra postura cómoda para ambos es el coito de lado. Lo importante es buscar una nueva forma de enfrentar la sexualidad individual de cada uno. Aún así, siempre es recomendable perder peso progresivamente ya que, como recuerda Botana, «si el problema es la obesidad, la única solución es el adelgazamiento».
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