Gisela Pulido: «Si no hay riesgo no hay diversión»

-Seis veces campeona del mundo de kitesurf con 16 años. Ya está en el Guinness. ¿No va demasiado deprisa?
-No pienso en eso. Pienso en ser más veces campeona, en estudiar...

-¿No se siente mayor?
-Para nada. Mi edad me encanta. Me gustaría tener 18 para entrar en las discotecas, pero luego me digo para qué, si no tengo tiempo de nada. No fumo, no bebo, ni tengo novio. Pero sí me gusta la música.

-Cabalga sobre las olas en una pequeña tabla impulsándose con una cometa al viento. ¿Algún peligro?
-El kitesurf es un deporte extremo. El viento te puede traicionar, y caerse al agua desde diez metros o más puede costar una fractura.

-No sé si le dan miedo los tiburones...
-Sólo los vi en Australia. Estaban bajo mi tabla, los veía. Fue un subidón de adrenalina.

-¿Cabalgaría un tsunami?
-Eso sí que sería un subidón, pero muy peligroso.

-La ola es amiga y enemiga, ¿no?
-Claro. Al mar hay que tenerle siempre mucho respeto. Es la gran fuerza.

-Hábleme de la ola perfecta...
-Una muy larga, con mucha pared y que te aguante tres o cuatro minutos.

-Dice que le gustaría ser periodista de deportes extremos...
-O de no extremos. Me encanta comentar lo que veo. Y escribo en mi página web.

-Parece que le gusta el riesgo, vivir al límite...
-Si no hay riesgo, no hay diversión. Sí, me va el subidón de adrenalina.

-Hábleme de su gran sueño, que alguno tendrá pendiente...
-Que el kitesurf sea aceptado como deporte olímpico y pueda estar en Brasil en el 2016.

-¿Se siente pez o ave?
-Me siento pez.

-Como pez, ¿qué le ha dolido últimamente?
-La mancha de petróleo en el Golfo de México. El mar sucio es lo que más me duele. Llegará un momento en el que no podremos ni entrar en él.

-¿No teme que le salgan escamas, como en aquella película de Kevin Costner, «Waterworld»?
-Me encantaría ser sirena y tener branquias para respirar bajo el agua.

-Un peligro: acabar casándose con un besugo...

Con firma propia
Profesión: estudiante y campeona de kitesurf.
Nació: en 1994, en Barcelona.
Por qué no veranea: compite en Alemania, luego en Fuerteventura y lleva su escuela «Gisela Pulido» de kitesurf en Tarifa.