Brasil

De la subvención a la desgravación

El modelo cultural parece insostenible en plena crisis y el PP mira hacia la deseada Ley de Mecenazgo, un proyecto que ya presentó y que se sustenta en ventajas fiscales.

Álex de la Iglesia, en el rodaje de su nueva película, «La chispa de la vida»
Álex de la Iglesia, en el rodaje de su nueva película, «La chispa de la vida»larazon

En cuestiones de política cultural, España ha buscado a Francia como espejo. Los liberales, sin embargo, miran siempre más a la anglosajonía. Quizá por eso el primer órdago del PP en materia cultural será subir un peldaño más y aproximarnos a Francia, precisamente porque allí, un país donde el sector está fuertemente subvencionado, ha empezado a ensayarse una nueva fórmula de desgravaciones fiscales.

El mecenazgo no sólo será una ley en un futuro Gobierno de Rajoy, sino una filosofía, un cambio de paradigma. «La cultura en la democracia ha mantenido un modelo fuertemente intervencionista que heredamos del franquismo», señala José María Lassalle, que como portavoz de Cultura en el Congreso durante la pasada legislatura presentó a principios de año un proyecto de ley que modificará la norma que rige en España desde 2002.

Propuesta mejorada

Lassalle admite que en estos meses han perfeccionado aquella propuesta y que si de primeras se inspirarán en Francia, el objetivo es lograr un modelo más cercano al británico o al estadounidense.

Para que nos entendamos, el PP propuso a principios de año incrementar la deducción en el IRPF de las personas físicas de un 25 al 70% de la base en las donaciones y aportaciones del mecenazgo. Y en el caso de las personas jurídicas, que en el impuesto de sociedades se incremente la base de deducción del 35 al 60%. Las intenciones de Génova ahora son que, en el futuro, estos porcentajes aumenten.

Conscientes de las reticencias del sector cultural, sobre todo el cinematográfico, que considera que el modelo tendrá dificultades para llegar a la práctica porque otros, como el turismo, reclamarán las mismas deducciones, el PP responde: «El turismo en un ámbito muy consolidado. Ha sido uno de los elementos estructurales de la marca España. Se trata de un sector competitivo y muy innovador». Además, según argumentan, no tiene un nivel de subvención similar al de la cultura.

Otras áreas estratégicas
Lassalle está convencido de que sea quien sea el ministro o el secretario de Estado de Cultura, el plan se llevará a cabo, pues la Ley de Mecenazgo abarcará otras áreas estratégicas, como la ciencia y la innovación, y porque entronca con la filosofía básica de gobierno de Rajoy: «La política fiscal como un elemento de dinamización de la economía». Con este argumento también trata de calmar a aquellos representantes de la cultura que no creen que en un tiempo de crisis la Hacienda

Pública se pueda permitir dejar de ingresar, vía desgravaciones, cantidades aún mayores que las que dedica, por ejemplo, al Fondo de Protección de la Cinematográfica, que cuenta con 85 millones de euros. «Obtendremos, a medio plazo, mayores retornos del sector, al crearse más puestos de trabajo y un tejido industrial que ahora no existe», contesta Lassalle.

¿Cómo se pasará de la cultura de la subvención a la de la desgravación? «Con un marco jurídico que aporte seguridad». Para tranquilizar al personal, Lassalle afirma que «no se van a retirar las ayudas a los que ahora la tienen», pero habrá un mayor control sobre el dinero público, como contempla la «Ley de subvenciones» que acaban de presentar en campaña.

El PP está convencido de que el modelo funcionará porque «la sociedad española es tremendamente creativa» y porque nuestras potencialidades están más cerca de británicos y estadounidenses que de nuestros vecinos del norte. «La excepción cultural francesa supone la hiperprotección del Estado a una cultura que languidece», mientras que la española, considera, debe dirigirse a ese mercado potencial de 500 millones de personas que hablan español. Hablando en plata, si una gran empresa entra a producir un filme por la vía de la desgravación, estará más interesada en que el casting sea lo suficientemente potente y que pueda llegar a un amplio público al otro lado del Atlántico.

Para ello, la importancia del Instituto Cervantes resulta imprescindible en la estrategia de los populares, que consideran fundamental una política de expansión dirigida especialmente hacia México y Brasil.

Capital que desarrolla ideas
Otro motivo para la esperanza es que la inversión en mecenazgo en nuestro país, según observa Génova, es similar a la del resto de la Unión, a pesar de lo reticente que se ha mostrado la Hacienda Pública gobernada por los socialistas a este tipo de medidas. Con lo que calculan que el crecimiento, con mejores condiciones fiscales, podría ser espectacular. Ahora sí, esperan un cambio de modelo. Hablando en términos económicos: hasta ahora el mecenazgo se ha centrado en el capital-semilla, es decir, el que permite gestar una idea. Ahora debemos centrarnos en el capital-expansión, es decir, el que permite desarrollarla.