Andalucía

«Pole position»

La Razón
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El otro día me contaba un buen amigo mío, aficionado a la Fórmula 1, que Rubalcaba le recordaba mucho al actual Fernando Alonso. Vamos, que por mucho que se esforzarse, esta temporada su Ferrari no iba a conseguir ni una «Pole Position». Porque cuando has hecho una malísima temporada, ni el coche ni el equipo pueden seguir tu ritmo. Da igual lo buen piloto que te creas. Siguiendo con la analogía, le dije a mi amigo que, entonces, Rajoy era el Sebastian Vettel de la «F1 electoral». Algo así me contestó: su Red Bull es imparable. Pero como en todo, la carrera hay que ganarla. De momento y, después de cuatro meses en boxes, los bólidos de los dos partidos han hecho los reglajes necesarios y están en la salida. Y, aunque lo suyo no es un monoplaza, Rajoy y Rubalcaba ya han hecho las maletas para enrolarse en sus respectivas caravanas electorales. Por delante, quince días y miles de kilómetros a vueltas por España para intentar convencer a los descreídos. Será una campaña desigual, como lo ha sido esta eterna y tediosa precampaña. Con un Rubalcaba que pilotará a la desesperada. Conduciendo con el pedal a fondo intentando recortar puntos. Sacará la artillería pesada y paseará por media geografía al expresidente González con la esperanza de recuperar a los nostálgicos. La conducción de Rajoy será más cauta. Ahorrando gasolina y sin quemar gomas a lo loco. Compite con la tranquilidad que le dan las encuestas pero con la incertidumbre del resultado. Por eso no se expondrá demasiado y jugará todas sus cartas en Cataluña y Andalucía, piezas clave para lograr la mayoría absoluta. Pero a diferencia de la Fórmula 1, el ganador de este Gran Premio, no se llevará ni un cheque millonario ni un título mundial, recibirá en herencia cinco millones de parados y una economía necesitada de algo más que un acelerón.