Cataluña

Mas señala el futuro de Cataluña: menos España más Europa

El president reclama a los partidos catalanes reivindicar todos a una el nuevo pacto fiscal

MAS durante su intervención de ayer en el debate de política general en el Parlament
MAS durante su intervención de ayer en el debate de política general en el Parlamentlarazon

Barcelona-España ya no es la solución a nada («Los problemas actuales no se resuelven con más España»). Esta es la tesis que ayer defendió Artur Mas en la primera jornada del debate de política general en el Parlament. El presidente de la Generalitat dedicó el grueso de su intervención a exponer ampliamente el sombrío panorama de las finanzas públicas y justificó épicamente los recortes que está acometiendo. Dicho esto, apostó por «más Europa y más Cataluña».

Mas reservó el tramo final de su discurso de hora y media para exaltar el desengaño que ha experimentado con España a raíz del Estatut y de la reforma exprés de la Constitución. «¿Existe alguna posibilidad de que el Estado haga una reflexión y cambie su actitud hacia Cataluña?», se preguntó. Y, a continuación, se respondió que esta posibilidad «prácticamente se ha desvanecido, convirtiéndose en una utopía». Dicho esto y tras dar por «agotada» la vía estatutaria y constitucional, Mas lanzó un llamamiento a todos las formaciones para potenciar el autogobierno. «Será una cuestión de supervivencia», llegó a decir.

Su plan es que los partidos catalanes compartan una agenda en Madrid y que, juntos, defiendan la nueva estación en el camino hacia la plena soberanía: el pacto fiscal en la línea del concierto económico. «Soy consciente de que pido una cosa muy difícil, pero el momento reclama que vayamos todos a una en Cataluña, trasladarlo a Madrid y condicionar nuestro apoyo a la gobernabilidad del Estado a la consecución del pacto fiscal», afirmó.

En opinión del presidente de la Generalitat, está claro que «Cataluña genera, gracias a su esfuerzo, creatividad y capacidad de iniciativa, riqueza suficiente para vivir mejor de lo que vivimos». Por estos motivos, quiere poner fin a «la injusticia crónica».

También durante este tramo final, Mas se encargó, una vez más de salir en defensa del modelo de inmersión lingüística. «El Govern está dispuesto a defender el estatus jurídico, social y nacional de la lengua catalana ante los ataques que se le puedan hacer», dijo. Y comentó que si es necesario recurrirá al apoyo de la sociedad catalana, lo cual pareció una incitación a la protesta.

Entretanto, Mas trató de poner en valor la política de ajustes que está llevando a cabo la Generalitat «Creo que cada generación tendría que pagar su hipoteca y no dejarla en herencia», acertó a decir.

Endeudamiento insostenible
El president recurrió a las cifras de endeudamiento de la administración catalana para alertar de la grave situación. Explicó que la única partida de los presupuestos de 2012 que crecerá será la correspondiente a los intereses de la deuda, que aumentará un 51,9 por ciento, pasando de los 1.478 millones de este año a los 2.244 para el año que viene, es decir, 766 millones en el plazo de doce meses. «¿Es este un escenario sostenible», se preguntó retóricamente.

Mas se manejó con comodidad en el escenario de los números. Pudo sacar brillo a su perfil de economista y denunciar con solidez a los que han conducido a la Generalitat a una «espiral diabólica», camino incluso de la bancarrota. Lamentó, a continunación, que su gobierno tenga que reducir el ritmo inversor en infraestructuras, pero aseguró que así no se perjudicará el bienestar.


Gravar a las grandes fortunas
El presidente de la Generalitat, Artur Mas, anunció ayer que su gobierno tiene la intención de «promover» la creación, con carácter temporal, de un impuesto con carácter progresivo que grave a las grandes fortunas. Mas quiso aclarar que diseñará la nueva figura tributaria intentado no perjudicar el crecimiento de la economía y explicó también que durante el año 2012 se mantendrá la misma presión fiscal en todos los tributos. Es decir, que los aumentos que aplicó el tripartito en el IRPF, el impuesto de transmisiones y el impuesto de actos jurídicos documentados se mantendrán al mismo nivel, puesto que a la Generalitat no le sobran los recursos.