Cádiz
Entornos que superan su pasado industrial
Antiguas instalaciones hidroeléctricas o transformadores en desuso dan paso a zonas verdes abiertas al público y a proyectos que aumentan la biodiversidad del área
De norte a sur y de este a oeste, la geografía española está plagada de zonas verdes, áreas cuyos terrenos pertecenen, en ocasiones, a propietarios tan dispares como una gran empresa eléctrica. Es el caso de la compañía Endesa que, derivado de antiguas explotaciones industriales, cuenta con casi 8.000 hectáreas –equivalentes a otros tantos campos de fútbol– situadas en zonas de elevado interés natural. «En concreto, la compañía posee más de 3.600 hectáreas en el Parque Nacional de Sierra Nevada y más de 400 en el Parque Nacional de Aigüestortes y Estany De Sant Maurici, en Lérida», confirma Pedro Gregorio, responsable de la sección de Entornos Naturales de Endesa.
Pero hay más, ya que la eléctrica está presente en 11 Parques Naturales, tres Reservas de la Biosfera y 9 Parajes de Especial Protección. Aunque estas cifras son un «privilegio», también son una gran responsabilidad, pues implican un importante esfuerzo de protección y conservación medioambiental. «No se trata únicamente de desmantelar ciertas instalaciones hidroeléctricas en desuso, sino que el objetivo es agregar valor al suelo, ya sea a nivel social o de biodiversidad», matiza Gregorio. Y para muestra, un botón o, más bien, cuatro. En el sector oriental del Parque Natural Sierra de Grazalema, entre las provincias de Cádiz y Málaga, se esconde la Cueva del Gato, meca de la espeleología española perteneciente a Endesa –fotografía número uno–. Aunque nunca llegó a albergar una central hidroeléctrica –motivo por el que la firma adquirió estos terrenos–, la compañía mantiene a rajatabla la conservación de este espacio con la ayuda de la Junta de Andalucía. De hecho, con el objetivo de proteger la fauna silvestre que habita en la oquedad, fundamentalmente el murciélago cavernícola, la Cueva del Gato es la primera cavidad andaluza en la que la práctica de la espeleología está regulada.
A unos doce kilómetros de la localidad gaditana de Tarifa, Endesa dispone de 192 hectáreas situadas en la Bahía de Bolonia –fotografía número dos–, área con distintos ecosistemas entre los que destacan zonas boscosas de pinar sabinar y de enebro marítimo. Con el fin de incrementar la biodiversidad del área y fomentar la presencia del Cernícalo primilla, la compañía eléctrica tiene en marcha la restauración de un antiguo transformador para convertirlo en un primillar que sirva de nido para las aves. Esta propuesta incluye, además, la posible instalación de un equipo de cámaras de infrarrojos que facilite la observación y el conocimiento de esta especie. En el Parque Natural Sierra de la Encina de Lastra, en Orense, se localiza el embalse de Prada, propiedad de Endesa –fotografía número tres–. Para dar mayor rendimiento al terreno, la eléctrica y el Ayuntamiento de A Veiga tienen en marcha la ejecución de una senda ecológica, un embarcadero y un aula de naturaleza que podrá ser visitado tanto por vecinos como por viajeros.
El apoyo al desarrollo local también forma parte de la apuesta de la compañía eléctrica por conservar los espacios naturales en los que está presente. Ejemplo de ello es el Parque Nacional de Aigüestortes y Estany De Sant Maurici donde, entre otras actuaciones, Endesa ha cedido al Conselh Generau d'Aran los refugios montañeros de Restanca, Se Saboredo y de Colomers con el fin de que cualquier excursionista pueda utilizarlos como base para las actividades relacionadas con el montañismo –fotografía número 4.
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