Europa

Fredrik Reinfeldt

Alerta islamista en toda Europa por el atentado en Suecia

El atentado terrorista que sacudió el centro de Estocolmo el pasado sábado ha conmocionado Suecia y su onda expansiva se ha dejado sentir en el resto de países europeos que mantienen tropas en Afganistán

Al menos una persona resultó hoy muerta y varias heridas al estallar dos coches por causas todavía no aclaradas en la calle Drottning de Estocolmo, una zona comercial muy importante
Al menos una persona resultó hoy muerta y varias heridas al estallar dos coches por causas todavía no aclaradas en la calle Drottning de Estocolmo, una zona comercial muy importantelarazon

Los servicios de inteligencia suecos (Saepo) confirmaron ayer que sólo trabajan ya sobre la base de un atentado islamista coincidiendo con las festividades navideñas, cuando se producen en las calles comerciales grandes aglomeraciones de gente en las jornadas previas a la Navidad.

La hipótesis policial es que el suicida era un hombre-anuncio que hacía publicidad para varios establecimientos en la calle Bryggar, según el tabloide «Expressen», que señaló que junto al fallecido se encontró un cartel con una oferta de un restaurante.

En su página en la red social Facebook, el dueño del vehículo explosionado incluye una bandera de la red terrorista Al Qaida en su perfil y varios enlaces a vídeos del portal Youtube con imágenes de mártires, señalaron fuentes de la investigación. Se trata de un iraquí de unos 28 años que emigró a Suecia en 1992 y que estudió terapia deportiva en Luton (Inglaterra). Agentes policiales registraron ayer la vivienda del dueño del coche en Tranås, en la provincia de Joenkoeping, al sur del país, según informó la emisora pública Radio de Suecia.

La investigación apunta a que el coche que explotó pertenecía al presunto kamikaze. El vehículo, con varias bombonas de gasolina en su interior, explotó poco antes de las 17:00 hora local en el cruce de las calle Drottning y Olof Palme, hiriendo de levedad a dos personas. Diez minutos después, cerca de allí, entre las calles Drottning y Bryggar, se produjo la segunda explosión, como consecuencia de la cual murió un individuo, quien supuestamente se inmoló.

El hombre, que según testigos presenciales gritó algo en árabe antes de matarse, llevaba consigo una mochila llena de tornillos y seis «bombas de tubo», pero sólo una de ellas explosionó, según el tabloide «Aftonbladet». Esa circunstancia es la que hace pensar a la Policía que una de las bombas explotó antes de tiempo y que el objetivo real era dirigirse a una zona concurrida y hacer estallar todos los artefactos para matar al mayor número de personas posibles. La calle Drottning es la principal zona peatonal de Estocolmo, llena de tiendas y mercados, y a pocos cientos de metros de donde se produjeron las explosiones se encuentra el Konserthus, escenario el día anterior de la ceremonia de entrega de los premios Nobel.

Minutos antes de la primera explosión, el Saepo y la agencia de noticias sueca TT recibieron un correo electrónico en el que un individuo que se dice musulmán se dirige al pueblo sueco y le advierte de que sus «niños, hijas y hermanas morirán igual que mueren nuestros hermanos, hermanas y niños.

En la nota se critica la presencia de 500 soldados suecos en Afganistán y el «silencio» de la población contra el dibujante sueco Lars Vilks, famoso por retratar a Mahoma como un perro en 2007 y que ayer vio reforzada la protección policial con la que cuenta por las amenazas de muerte recibidas en los últimos años.

«Nuestras acciones hablarán por ellas mismas», dice el individuo, que cierra el mensaje con una llamada a los musulmanes de Europa a acabar con las «humillaciones» y recuerda que «es hora de golpear, aunque sea con un cuchillo, a los enemigos del Islam».

Las autoridades suecas han decidido por el momento no aumentar el grado de amenaza terrorista en el país, aunque se ha incrementado la presencia de agentes en varios puntos céntricos de la capital, sobre todo en el centro, donde permanecen cerrados varios comercios.

Suecia elevó hace meses la amenaza terrorista a grado tres en una escala de cinco, el nivel más alto en el último lustro. El atentado fue calificado por el primer ministro sueco, Fredrik Reinfeldt, de «inaceptable» y de «amenaza a nuestra sociedad abierta».