Artistas

La risa por Paloma PEDRERO

La risa, por Paloma PEDRERO
La risa, por Paloma PEDREROlarazon

Últimamente me río mucho. Y no con timidez, no, me río a rienda suelta, como cuando era niña y mi madre me hacía cosquillas para despertarme. Llevaba unos años seria, quizá porque la vida me andaba escatimando cosas importantes. Cosas como jugar. Acabar rodando por el suelo, con los otros, muerta de risa. Curada de risa. Hoy en psicología se hacen terapias para reír. Los terapéutas provocan situaciones en que los pacientes ríen y se contagian de risa. Mueven el abdomen, abren el pecho, relajan los músculos, alimentan el corazón… La risa, no sé quién lo decía, es el rato que los dioses nos dejan estar a su lado. Y estoy de acuerdo. No hay nada más sanador que reírte, de ti mismo, para empezar. Conocerte y aceptarte es la clave. Saber que los defectos forman parte del ser, propio y ajeno, de modo que, si no quieres ser un desdichado siempre, tendrás que aprender a quererlos. Porque, seamos sinceros, hay cosas tan genéticas que no se pueden cambiar. Así que a aceptar nuestros implacables defectos hasta reírnos de ellos. ¡Ya lo he hecho otra vez. Toma, por bruta! Y darte una colleja suave, como de payaso. Sí, cuando uno se ríe de sí mismo es mucho más fácil reírse con los demás. Mover los músculos, alimentar el corazón. Cuando uno se acepta irremediablemente ignorante es más fácil comprender a los otros ignorantes. Cuando uno entiende que sufrir en balde es cosa de bobos y que si toca sufrir ha de ser sólo por grandes causas, entonces aprende a reírse cuando todo va moderadamente bien, cuando se es feliz casi sin darnos cuenta. Es triste que tenga que existir la risoterapia. Deberíamos saber reírnos con nuestros propios medios. Con la familia, con los amigos, con los hijos, con los amores. Yo últimamente me río mucho porque la vida me está regalando respiros buenísimos. Y me apetece jugar y bailar y descubrir cosas nuevas y volver a subirme a la montaña rusa. Quizá es que me estoy haciendo mayor y, ya se sabe, o envejeces mal o vuelves a ser niño. Un niño con mérito.