«El fraude»: Caza al tiburón

¿Qué sucede, se pregunta el novelista y ahora debutante en la dirección Nicholas Jaerdki, cuando un empresario triunfador, un tipo por lo demás sin escrúpulos, comienza a tocar fondo y debe deshacerse de cuanto le señala como un ciego depredador? Primero, poseer cierta credibilidad respetable, o sea, el atractivo rostro de Richard Gere, que, misterios tiene la vida, realiza en «El fraude» una de las interpretaciones más eficaces que le hemos visto últimamente. Y, segundo, inventar la mejor manera posible de que nadie sepa nada sobre sus espesos tejemanejes, incluida una devota y perfecta esposa (que interpreta Sarandon con eficacia pero sin derroches) y una amante que se siente sola. Convincente thriller dramático con aires hitchcokianos y la sempiterna crisis económica de telón de fondo, Jaerdki sabe mantener el ritmo deliberadamente lento del filme aunque le cueste desprenderse de cierto encorsetamiento emocional, máxime cuando el público oye diálogos tan reveladores y dolorosos como el que mantiene el protagonista con una hija desengañada. Eso suelen dejar atrás estos personajes: desengaño.