Valencia

Parte del PSOE ve en la anulación de Vistalegre el fin de Zapatero

Las señales de «desconcierto y desgobierno» que está emitiendo Ferraz provocan malestar en las filas socialistas

Zapatero y Bono, hoy en el Congreso
Zapatero y Bono, hoy en el Congresolarazon

Ni una sola de las razones que el Comité Electoral ha invocado para suspender el acto de Vistalegre con el que Zapatero iba a abrir la precampaña ha convencido al PSOE. Ni los motivos económicos, ni la supuesta reprogramación de la campaña, ni el deseo de que la contienda tenga un carácter exclusivamente territorial resultan creíbles. Y como tampoco se han dado más explicaciones que estas tan peregrinas, la imaginación, ya se sabe, que es libre y su maquinaria se ha puesto ha funcionar a pleno rendimiento.
 
Con fundamento o sin él, son muchos los socialistas que vinculan la cancelación del mitin previsto para el 3 de abril con el final de la era Zapatero, con su previsible decisión de no presentarse en 2012 y con la estrategia a seguir para la elección de un nuevo candidato. Porque nadie cree que no se previera con antelación el coste económico de la organización del mitin –como se ha llegado a decir–, y mucho menos que un acto en Madrid sea incompatible con el carácter territorial que se persigue para la campaña o que responda al rediseño de una estrategia que difícilmente puede cerrarse sin conocer las intenciones de Zapatero sobre su futuro inmediato.

Así, este nuevo «volantazo» del Comité Electoral no tiene más lectura que «las evidentes señales de desconcierto y desgobierno» que viene emitiendo la dirección federal desde hace tiempo y que son consecuencia de la que empieza a ser una «clarísima falta de liderazgo» en el PSOE. Quien así habla es un miembro de la dirección federal que como otros muchos socialistas no oculta su preocupación por cómo se va a gestionar el final de Zapatero y cómo está afectando la indecisión o la administración de los tiempos del presidente del Gobierno en un partido que tiende con frecuencia a la depresión colectiva, mucho más cuando las expectativas electorales están por los suelos.

Y si se pregunta en las distintas federaciones, la preocupación se torna en enfado por lo que consideran un «absoluto desprecio» por los secretarios generales y los barones que se examinan en las urnas el 22 de mayo. En Extremadura, Andalucía, Castilla-La Mancha, País Vasco y Madrid, entre otras, no se entendió «la broma» del Comité Federal del pasado sábado. No tanto la cita en sí, sino la incertidumbre de si habría o no intervención de Zapatero ante el cónclave.


Discurso exprés
Lo que más molestó sin duda fue que se sugiriera amablemente a los barones que soslayaran el asunto sucesorio y no hicieran uso de la palabra hasta el próximo Comité Federal. Tanto es así que algunos –como José Antonio Griñán, Guillermo Fernández Vara, Patxi López o José Montilla– decidieron plantar al presidente y no acudir a Madrid a escuchar un discurso exprés que apenas duró diez minutos.

Todo es desconcierto, todo es improvisación y todo empieza a dar síntomas, apunta un importante barón del PSOE, de «descomposición» y de «sálvase quién pueda». El mismo interlocutor se queja además de que ante este escenario tan poco favorable para el socialismo, algunos miembros de la dirección federal «se dediquen más a pensar en cómo asegurarse su futuro político tras la marcha de Zapatero que a pensar en remontar las encuestas».

Así están las cosas –lo habitual en un partido que barrunta la derrota– y en medio de la confusión y el malestar, el vicesecretario general y coordinador de la campaña, José Blanco, quiso ayer asumir en primera persona la decisión de haber suspendido el acto de Vistalegre y decir que responde a una decisión estratégica por más que no se entienda.

Visiblemente molesto con las lecturas que se han hecho, Blanco evitó dar más explicaciones que los «cambios de programación» y despachó a los periodistas así:«Las estrategias no se cuentan y además no se hacen pensando en lo que digan los periodistas, sino para ganar las elecciones». El número dos del PSOE está convencido de que cuando cuente el contendido de la campaña «se entenderán» las decisiones adoptadas. De momento, ya ha trascendido que el 2 de abril se celebrará otro mitin con presencia de Zapatero que podría tener lugar en Valencia.