Buenos Aires
Dónde está Guido Carlotto
«Verdades verdaderas» cuenta la historia de Estela, una abuela de la Plaza de Mayo
La Plaza de Mayo de Buenos Aires ha sido testigo de las más diversas manifestaciones, pero, quizá, ninguna tan conocida como la de las abuelas que, décadas después de la dictadura militar, continúan buscando a sus nietos desaparecidos. Uno de los episodios más oscuros de la Historia argentina que en «Verdades verdaderas» adquiere su faceta más humana a través de lo vivido por Estela de Carlotto, la presidenta de la asociación que agrupa a estas mujeres.
-Trata un suceso histórico muy relevante. ¿Demasiado para una ópera prima?
-Lo primero que había hecho en mi carrera fue el corto «Identidad perdida», y ahí conocí a las abuelas y a Estela. Sentí la necesidad de contar el lado más humano de estas mujeres, que son muy conocidas a través de los medios, pero meterte en su piel no es lo mismo. Caí en la cuenta de que estaba contando una historia muy fuerte. Hay víctimas directas que han perdido familiares, y temí que pudiera suponer una falta de respeto. Hasta que no vi cómo funcionaba en Argentina, que la gente salía emocionada, agradeciendo la película, no estuve tranquilo. Creo que nadie se puede sentir afectado.
-La película está muy centrada en el lado humano y deja un poco al margen el político.
-Creo que la política está porque los humanos somos seres políticos. Lo que creo que logramos fue sacarle los partidos y las banderas políticas. La dictadura ya fue juzgada. Todo el mundo sabe que robar bebés es algo malo, y los responsables están siendo juzgados por ello 35 años después. Lo que nos queda es encontrar a los nietos, todavía quedan 400 por encontrar. La película habla de cómo estas mujeres acaban haciendo política por el amor.
-Estela no llega a enzarzarse con los militares. Parece que canalizara su dolor en la asociación.
-No quieren aplicar la justicia por mano propia, sino reclamarla en los tribunales. Lo que hacen es apoyarse entre ellas y aprender juntas también de las equivocaciones. A través del amor, no de la venganza. Lo que tienen que reclamar es justicia y verdad. Lo único que quieren es encontrar a sus nietos. Un día Estela contó que sabía quién había matado a su hija y que sabía dónde vivía: todos los días iba a pedirle al juez que lo metiera preso. Cada nieto que aparece es una fiesta; se alimentan de ese amor. Hace un mes apareció otro. Pero el de Estela sigue desaparecido.
-¿Apoya el Gobierno esta búsqueda de alguna manera?
-El Estado se ha hecho cargo al margen de la simpatía que exista entre la asociación y el Gobierno. El Estado les robó su identidad, y el Estado ahora está ayudando a devolvérselas. ¿Cómo? Con un banco nacional de datos genéticos que financia el Estado. Hay sitios donde los chicos que dudan de su identidad pueden recibir ayuda. La asociación de abuelas subsiste gracias subsidios de Argentina, España, la Unión Europea...
-¿Cómo ha sido el trato del cine argentino a la dictadura?
-Desde el comienzo de la democracia se ha hablado de la dictadura:«La historia oficial», que ganó el Oscar, y «El secreto de sus ojos» tratan esta temática. Hay muchas. Estamos preparados para estas historias más humanas y sin violencia. En los 90 se estrenaron filmes que nos mostraron la parte más violenta. Tengo la sensación de que ahora estamos en el momento de las historias humanas.
El legado de Laura
Laura Estela Carlotto, alias «Rita» fue entregada muerta a su madre, Estela, el 25 de agosto de 1978. Asesinada por su disensión política justo después de ser madre, Laura consiguió avisarla a través de una amiga de que iba a dar a luz. Estela sigue buscando a Guido Carlotto.
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