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Izquierda abertzale

ANÁLISIS: Más de lo mismo por Carmen Gurruchaga

La Razón La Razón

–¿Puede resultar esperanzador?
–El comunicado de la banda no aporta nada nuevo. Es más, quizás sea menos comprometido para los terroristas que el emitido en la BBC durante el Gobierno de Aznar, o que el anunciado, en 2006, con Rodríguez Zapatero en La Moncloa. En el mensaje de ayer no se habla de alto el fuego permanente y mucho menos de entrega de las armas. En cambio sí se reitera la necesidad de negociar para llegar a un acuerdo. La pregunta es ¿negociar qué?

–¿Está echando un capote a su brazo político?
ETA responde a la izquierda abertzale, que hace unos días le pidió el abandono de la violencia. Existe la posibilidad de que todo esto sea un montaje para conseguir que su brazo político pueda estar presente en las elecciones municipales. Sin embargo, el anuncio ni siquiera colma las expectativas de Eusko Alkartasuna (EA) y la izquierda abertzale le habían planteado: una verificación internacional del alto el fuego.

–¿Aporta alguna novedad?
–Si la experiencia sirve para algo, el único mensaje que debe recibir ante su anuncio es que pierda toda esperanza de obtener una recompensa política por dejar de matar. Si es cierto como dice que se compromete «con una solución democrática» que anuncie dónde y cuándo abandona definitivamente los métodos violentos. Debe tener claro que mientras el cañón de sus pistolas esté en la nuca de los demócratas, puede olvidarse de la posibilidad de que «a través del diálogo y la negociación los ciudadanos vascos podamos decidir nuestro futuro de forma libre y democrática».

–¿Puede ETA hablar de democracia?
–No, porque desconoce el significado de esa palabra. Suena falso el llamamiento que hace a los ciudadanos vascos para que, cada cual en su propio ámbito, ofrezcan su nivel de «compromiso». ¿Qué pasará con quienes no piensen como ellos? Porque está claro que desde su miopía política, la libertad sólo llegará cuando ETA cumpla sus expectativas; y, ¿qué sucede con las de quienes no son nacionalistas?

–¿Sigue empeñada en lograr la independencia?
–Por supuesto. Por eso ve las cosas en esa única dirección. «Es tiempo de asumir responsabilidades y de dar pasos firmes en la articulación del proyecto independentista, en el camino de crear las condiciones para construir el proceso democrático y en la respuesta a la represión y en la defensa firme de los derechos civiles y políticos».

–¿Por qué apela a la comunidad internacional?
 –Porque en su particular paranoia está convencida de que le ayudará a articular «una solución justa, democrática y duradera». Su participación, según ETA, será clave para «fijar el proceso y dar la Palabra al Pueblo. Porque será cuando los derechos del Pueblo Vasco sean reconocidos y garantizados cuando se abra la puerta de la verdadera solución al conflicto»; la retórica de siempre. Pero no aclara a qué comunidad internacional se refiere.