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Zapatero huye de la tradicional cita sindical de Rodiezmo

Ni campa minera, ni bollo «preñaó», ni sidra… ni subida de las pensiones mínimas. Zapatero huye esta vez de la tradicional fiesta minera del SOMA-UGT en Rodiezmo (León), donde desde hace diez años, los que lleva como secretario general del PSOE, acudía cada primer domingo de septiembre para abrir el curso político

Zapatero, el año pasado en Rodiezmo
Zapatero, el año pasado en Rodiezmolarazon

El ritual incluía desde hace cinco años consecutivos el anuncio del presidente de subir las pensiones mínimas. Dos motivos de peso parece que le han llevado a tomar la decisión: uno, la convocatoria de huelga general prevista 24 días después de la fiesta minera y dos, la imposibilidad de cumplir de nuevo con su compromiso de subir las pensiones cada ejercicio. La noticia la adelantó ayer Público, y a lo largo de la mañana tanto desde Moncloa como desde el PSOE se fueron dando distintas versiones para justificar la ausencia del presidente. Primero, motivos de agenda; después, un viaje a China y Japón; más tarde, el respeto que profesa a la autonomía de las organizaciones sindicales…y, al final, que el propio presidente no estimaba «pertinente» su asistencia a la multitudinaria fiesta.Lo cierto, según se supo después, es que el secretario general de la UGT, Cándido Méndez –otro de los habituales de la campa minera-, había amenazado con no acudir a la cita del 5 de septiembre si lo hacía el presidente. La intención de Méndez llegó a oídos de Zapatero, que la semana pasada durante el Debate de la Nación y en respuesta a Rajoy, afirmó que seguiría estando «muchos años más» en Rodiezmo, si bien no precisó que fuera a hacerlo en esta ocasión.Algunos de sus colaboradores más estrechos, sin embargo, no sólo habían apostado por la asistencia de presidente en Rodiezmo, sino que además habían augurado que sería la fiesta más multitudinaria de todas las que se han celebrado. Erraron igual que aquellos medios que dieron, con antelación, por confirmada su asistencia y todos los que apostaron por ella, que fueron muchos, desde que Zapatero anunció el pasado mayo el mayor recorte social de la historia de la democracia, incluida la congelación de las pensiones.El sindicato minero SOMA-FIA-UGT había enviado hace ya semanas a la sede socialista de la calle de Ferraz de Madrid la invitación para que, de nuevo, Zapatero clausurara el encuentro de Rodiezmo, después de la intervención de al menos ocho oradores, incluido Alfonso Guerra, quien no ha fallado a la cita desde hace 25 años y a cuyas palabras habrá que estar atentos ese día, al igual que a las del secretario general de la UGT.