«Inédito» de Palazuelo llega a Murcia con una selección de sus mejores obras

MURCIA-Una selección de la colección del pintor, grabador y escultor Pablo Palazuelo (1915-2007), que guardó celosamente y que por primera vez sale de la Fundación que lleva su nombre, llega a la Fundación Cajamurcia, donde anoche se inauguró la muestra «Pablo Palazuelo. Inédito. La colección del artista».

La exposición de Palazuelo, considerada una de las figuras clave del arte español del siglo XX y uno de los artistas abstractos nacionales de mayor proyección internacional, está compuesta por 48 obras, de las que cinco son esculturas.

Se plantea, así, un recorrido cronológico introductorio para centrarse después en las «efervescentes» producciones de los últimos 15 años de su carrera, dando a conocer la evolución de su obra, cuyas piezas se encuentran presenten en los más importantes museos del mundo.

El visitante podrá contemplar, en el Centro Cultural Las Claras, una producción ordenada mediante agrupaciones o linajes forales que el autor madrileño denominaba «familias».
De hecho, una de las secciones de la muestra la conforman las llamadas constelaciones de signos, es decir, composiciones que el artista desarrolla, desde los primeros años 50, con signos lineales que establecen una forma de escritura personal estructurada por una fuerte base geométrica. Pinturas que evolucionan y se convierten en el patrón que guía el salto a la tercera dimensión de sus obras, a través de esculturas metálicas.

También se podrán encontrar ondas pulsantes, pliegues diagonales, formas geométricas y polígonos sencillos, transfigurados, además de composiciones poligonales que incorporan como singularidad el suavizado de sus vértices.

En palabras del gerente de la Fundación Cajamurcia, Pascual Martínez, esta muestra permitirá al visitante acercase a su figura y trayectoria con «indagaciones acerca de la geometría, las formas, el punto, la línea»; en definitiva, una exposición «excelente». La «sencillez» de la exposición también fue comentada por el profesor Cristóbal Belda, que consideró que sus obras «tienen algo en su alma que las hacen intemporales». En el fondo, añadió la comisaria de la exposición, Marisa Oropesa, es una selección de los «más íntimo» de sus cuadros, parafraseando a Leonardo Da Vinci cuando dijo que «la pintura es poesía muda; la poesía pintura ciega».

Desde óleos de 1949 hasta proyectos que hizo para las grandes ciudades como Madrid y Barcelona o incluso la Torre Picasso, los interesados podrán contemplar un «resumen perfecto de los grandes creadores intemporal, filósofo, pensador y gran artista», Premio Velázquez de las Artes Plásticas en 2004 y Medalla de Oro de Bellas Artes en 1981.

El presidente de la Fundación Pablo Palazuelo y de Patrimonio Nacional, José Rodríguez-Spiteri Palazuelo, definió a su tío como una persona «especial, extraordinaria», cuya vida estuvo marcada también por unos años «mágicos, de libertad» durante su estancia en Oxford en 1933. Además también llegó a instalarse en París gracias a una beca, dándole una oportunidad, según comentó Rodríguez-Spiteri, quien resaltó que era de producción «lenta» y que sus exposiciones solían estar formadas por no más de una veintena de cuadros.
Después de Oxford y París volvió a Madrid, donde se instaló en un castillo de Monroy, en ruinas, que compró para restaurarlo y establecer allí su estudio. Por ello, Palazuelo recibió influencias procedentes de diversas obras cubistas, constructivistas y neoplasticistas, así como artistas singulares como Paul Klee, Kandinsky o los hermanos Duchamp-Villon.

Con la herencia que adquirió durante su formación universitaria en arquitectura, Palazuelo elaboró diferentes obras relacionadas íntimamente con esta materia, como la reconstrucción del castillo de Monroy, los frescos para el techo del vestíbulo de la sede de Bankinter, la instalación de una escultura en el museo al aire libre en el Paseo de la Castellana, el proyecto para el Congreso de los Diputados, el mural de la Torre Picasso en Madrid y la serigrafía de los vidrios de la linterna del Auditorio de Barcelona.