Fallo de seguridad

Cuando se calcula que un barco de pasajeros tiene que estar evacuado totalmente en unos 20 minutos y las tripulaciones internacionales deben estar entrenadas para organizar la emergencia de salida en tiempo récord se ve con claridad que el buque italiano, el «Costa Concordia», falló desde el principio en una de las reglas más importantes cuando se produce un accidente imprevisto como el ocurrido en las costas italianas. Todavía las incógnitas de lo que ocurrió en el «Costa Concordia» son muy numerosas y la primera pregunta es ¿fue un error humano? Todo apunta a que sí. Otras cuestiones que se intentan aclarar son: ¿Por qué no llevaba el rumbo planificado?, ¿estaban los bajos y rocas señaladas en las cartas náuticas?, ¿se quedaron sin sistema eléctrico antes o después de encallar?

Éste, como otros accidentes en el mar, demuestra que entre las navieras que lo surcan no se concede a la seguridad la prioridad absoluta durante la navegación. El Concordia tardó más de dos horas en la evacuación de los pasajeros, cuyo número exacto no se conoce aunque se habla de más de 4.000. Otro de los fallos fue la carencia de un idioma claro en los mensajes y la mayoría de los pasajeros no entendía lo que se comunicaba.

El «Costa Concordia» no era un crucero pequeño. Era una Ciudad Flotante de 115.000 toneladas, 292 metros de largo y 35 de ancho con capacidad para 3.200 pasajeros y 1.000 tripulantes y ocupaba el número 26 de los mayores barcos de pasajeros que circulan por los mares.