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La realidad tumba la manipulación socialista

La Razón
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MADRID- Corría el mes de marzo de 2011 cuando la ministra de Economía y vicepresidenta del Gobierno, Elena Salgado, prometió que España cumpliría el objetivo de déficit del 6% del PIB establecido con Bruselas. El año anterior, el desvío fue del 9,1% y el recorte de gasto público necesario oscilaba entre los 30.000 y los 35.000 millones en un escenario de contracción del consumo y previsible caída de ingresos. Ocho meses después, en la víspera de las elecciones del 20-N y con el Ejecutivo del PSOE en clara regresión, Salgado mantenía el compromiso, una promesa que se prolongó hasta el 21 de diciembre, con los socialistas gobernando ya en funciones.

El candidato del PSOE a las elecciones del 20-N, Alfredo Pérez Rubalcaba, aseguró, por su parte, en la víspera del debate electoral frente a Mariano Rajoy, que el Gobierno cumpliría con el objetivo marcado por Bruselas. No obstante, en el «cara a cara» con el actual presidente del Gobierno, el líder socialista aseguró que, si ganaba las elecciones, negociaría una moratoria con Bruselas para trasladar el límite del 3% de desviación en las cuentas públicas desde 2013 hasta 2015. Tras perder las elecciones, y ya en la oposición, Rubalcaba aseguró que «no sabía» que el déficit fuera más alto del anunciado.

A principios de febrero, la agencia de noticias Reuters filtró una información en la que aseguraba que el Ejecutivo de Mariano Rajoy había «inflado» el déficit de 2011 al 8% de forma intencionada. El Gobierno vio la «mano» del PSOE tras esta filtración falsa, ya que el «agujero» de las cuentas públicas conocido ayer desmonta el rumor.

Jorge Fernández Díaz, ministro del Interior, calculó que el déficit de 2011 sería del 8,2%. Por desgracia, se quedó corto en el pronóstico de la herencia económica que dejó el PSOE.