Actualidad
La ejemplaridad del gestor por Ramón Sarmiento
La voz «ejemplaridad» aparece por primera vez en el Diccionario de la Real Academia Española en 1925 para describir la calidad de «la persona que da buen ejemplo y, como tal, digna de ser propuesta como dechado». Llegó algo tarde; ni entonces ni ahora había voz tan necesaria. Lo señaló Arias Cañete en días previos a las elecciones del 20-N: «La marca España debe dejar de ser un lastre para la economía, porque los gestores deben ser responsables de su gestión». Esto parece el mundo al revés que fustigó Quevedo cuando dijo: «Este mundo es juego de bazas, / que sólo el que roba triunfa y manda». ¿Dónde están los responsables de que tengamos que cargar ahora sobre los hombros una onerosa herencia cuyos componentes principales son la deuda excesiva, el paro y una educación deficiente?
Es cierto que la deuda en 2011 es inferior a la media de la UE-27, pero es solamente parte de la verdad. Pues la deuda de las familias es mucho mayor y la de las empresas, ni se sabe. La ejemplaridad exige terminar con el fraude de los ERE, aeropuertos sin pasajeros… Viajamos en un tren que va a ninguna parte.
Ligado al paro, está el pésimo modelo educativo que padecemos. La tasa de abandono escolar en España dobla la media europea. Un tercio de la población menor de 24 años carece incluso de la ESO, y las dificultades para encontrar empleo van aumentando con la falta de formación. Hay ya una generación «ni-ni». Para un gestor responsable, ¿es éste un futuro deseable? Estamos devorándolo como Saturno devoró a sus hijos.
✕
Accede a tu cuenta para comentar