Buenos y malos por Alfredo Menéndez

Los buenos tienen nuevo jefe: se llama Alfonso José Fernández Díez y es jefe superior de Policía en Madrid desde este martes. Los buenos también tienen nueva jefa: se llama Cristina Cifuentes y es delegada del Gobierno desde el pasado lunes. A los dos les deseamos que se aburran como ostras, que no den un palo al agua y que no tengan nada que hacer más que crucigramas: eso significaría que Madrid es una balsa de aceite y que los agentes de Policía están para indicar direcciones a los turistas. Pero mucho nos tememos – más por realismo que por pesimismo– que trabajo no les va a faltar porque los malos, pese a ser pocos y cobardes, suelen ser muy cansinos. Y cuando no la emprenden con los joyeros, la emprenden con las perfumerías, con las tiendas de la Milla de Oro, con los transportistas o con los chalets.

Buenos y malos, policías y ladrones; cuándo éramos pequeños, esto se solucionaba jugando al rescate y te echabas unas risas. Ahora que somos mayores, el cuento ha cambiado y la seguridad de los madrileños es una materia tan sensible y tan intangible que es como el casco del Costa Concordia: parece muy estable e imposible de sumergir pero cualquier pequeña grieta puede hacer que se hunda. Afortunadamente aquí no tenemos capitanes Schettino. Tenemos Fernández y Cifuentes, ¡así que tiemblen los malos!