Ernesto Sáenz de Buruaga: «Yo respeto las opiniones otros las denigran»

Es un periodista curtido en la radio aunque se le conozca más por sus espacios en televisión. Ponderado y ecuánime, reniega de las trincheras ideológicas para hacer lo que mejor sabe: periodismo sin coartadas. Desde septiembre de 2010 presenta «Así son las mañanas» en la COPE, un magacín de seis horas en el que la política y la sociedad se dan de la mano.

-Elecciones generales, crisis económica, anuncio de ETA… ¿ha sido un inicio de curso complicado?
-Las elecciones marcan una carrera muy intensa. Nos encontramos con muchos escenarios: cambio del Gobierno, del signo que sea, la economía…

-Y «Así son las mañanas» es un programa de seis horas…
-Sí, es adrenalina pura. Por la noche el presidente del Gobierno dice una cosa, horas después un ministro rectifica… En el fondo, es muy divertido porque experimentas una realidad cambiante.

-¿Cómo explicar a un oyente la crisis?
-Suceden tantas cosas y en un espacio muy corto de tiempo que mi esfuerzo y el de mi equipo es que los oyentes lo entiendan. Hacer que los datos macroeconómicos se traduzcan y sean entendibles. Con todo, lo más emotivo es entrevistar a gente sin trabajo, gente que hace unos años, apenas dos, eran ejecutivos con corbata y ahora están sin trabajo y van a los comedores a pedir comida.

-Y luego está la realidad más allá de la radio y de la COPE…
-Todos estamos instalados en el vértigo. Yo creo que va a ganar el PP, pero no por encuestas. Vas a una tienda y oyes decir: «¡A ver si esto cambia!». Es más urgente que nunca hacer una labor informativa, pero también didáctica: explicar del por qué del miedo que meten unos y la confianza que intentan transmitir los otros. Eso hay que explicarlo.

-Imaginemos un escenario en el que Rubalcaba tiene un mal resultado…
-Es pronto para decirlo, pero si tiene un mal resultado en votos y escaños no creo que quiera gestionar ese fracaso.

-Conduce un espacio de seis horas: información, tertulia política, entretenimiento… ¿Cuál es su oasis?
-Cualquier área informativa te procura adrenalina. En el espacio de la tertulia hay tensión porque es natural la vehemencia de los tertulianos. La parte en la que está Luis del Val es más relajada, aunque sin olvidar la tensión informativa. Podemos entrevistar a un escritor, a un compositor... Y las noticias sociales… bueno, hablamos tanto de cosas tan horribles como un caso de violencia de género que de una fiesta. La vida es plural.

-En los últimos años se habla de un periodismo de trincheras…
-Es una solemne tontería, pero preocupante. Cada cual tiene su línea editorial y es de lo más respetable. Lo nocivo es que algunos hacemos una defensa integral de cualquier opinión, y la respetamos, y otros no la admiten e incluso la denigran. Ésa es la diferencia: hay un discurso establecido que no respeta las ideas de centro-derecha e intenta demonizarlas.

-Se va a ocupar de la noche electoral en la COPE. ¿Tiene vértigo?
-No, es uno de los programas más fáciles, tienes encuestas, resultados desde el ministerio, análisis, comentarios… Lo difícil es que te quede un programa coherente, pero creo que lo conseguiremos.

-¿Qué opina del nuevo periodismo a través de Facebook, Twitter?
-Me asombra, porque la oferta va por delante de la demanda. Me dicen que si no estás en Facebook o Twitter estás muerto… Creo que no tiene por qué ser así. La radio, ahora mismo, es el medio más instantáneo.

De Radio Castilla a la Cope
Su carrera profesional comenzó en Radio Castilla (Cadena SER) y continuó en Antena 3 Radio, en Burgos, hasta que empezó a dirigir los informativos de RNE en Castilla y León. Continúa en la radio pública, pero ya en Madrid, hasta que, en 1991, salta a TVE. Pero enseguida regresa a la radio como director de informativos de Onda Cero y, enseguida, de Antena 3, televisión de la que fue consejero delegado. En 2006 lo ficha Telemadrid para dirigir «Madrid opina» y, en 2010 regresa a la radio, a la COPE.