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Xabi Alonso da otro susto

Se retiró del entrenamiento por una sobrecarga que los médicos ni siquiera catalogan de lesión. La máxima es que manda la prudencia; cualquier molestia salta la alarma

La Razón
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Potchefstroom- La temporada ha sido dura, cargada de partidos por un calendario que exige sangre, sudor y lágrimas. Los futbolistas lo acusan y en la selección los cuidan como a recién nacidos. Cualquier molestia salta la alarma; el menor contratiempo alerta al cuadro técnico y a los doctores, quienes, de inmediato, mandan parar. La doble sesión de entrenamiento de ayer tuvo un poco de todo eso: el susto de Xabi Alonso y el descanso para Xavi, Piqué y Sergio Busquets.Apenas había comenzado la sesión matinal cuando Xabi Alonso sintió leves molestias. No tuvo que pedir el cambio. De inmediato le llevaron al vestuario. El entrenamiento continuó, sin alarmismos, como si nada. Las noticias que circularon a continuación, un boca oreja, restaron trascendencia al contratiempo. Xabi sufre una sobrecarga y lo conveniente es no exigirle más. Que descanse y se lo tome con calma. No hay que descartarlo contra Suiza. De hecho, los galenos entienden que ni siquiera sufre una lesión; lo aconsejable en este caso, como en otros, es la prudencia.Precaución, por ejemplo, es el tratamiento que se sigue con Fernado Torres. Se entrena con los demás y al ritmo de ellos. En los ejercicios de tríos se le ve al nivel de Marchena y Pedro, sus ocasionales compañeros. Torres está bien y lo que han hecho los doctores hasta el momento es frenarle. «Tiene tantas ganas que hay que pararlo. La precipitación podría conducir al desastre». Y «El Niño» se calma, levanta el pie y se toma las cosas con más tranquilidad. Hay Mundial para todos y, no lo olvida, recambios de garantía en todos los puestos.«La Roja» es competitiva y su instinto «criminal» empuja a los futbolistas a no esconder un gramo de fuerza, de energía, ni siquiera en los entrenamientos. Eso es lo que cuidan los técnicos, los preparadores, los médicos. Tienen muy presentes los minutos que ha disputado cada jugador durante la temporada y con arreglo a ellos les exigen. Saben que los del Barcelona llegan cargados de partidos y ayer, en la sesión vespertina, dejaron a Xavi, Piqué y Busquets en el gimnasio. «No hay que forzar», es la máxima; pero tampoco desperdiciar el tiempo. El miércoles empieza el Mundial para España y la idea es tener a los 23 en las mejores condiciones sin correr el mínimo riesgo.El entrenamiento matinal, con algo de público, duró una hora y cuarto. Xabi, contado está, se retiró al dar el susto; Iniesta salió más tarde, «pero está muy bien», y Torres, la otra preocupación, se entrenó al ritmo de los demás. «Está hecho un toro», falto de rodaje, sin embargo.Por la tarde, otros noventa minutos. No es casual que los ensayos duren el tiempo de un partido. «Hay que adaptarse, coger el fondo y mantenerlo». Iniesta corrió junto a un preparador; el resto, excepto los cuatro citados, completaron un cuadro entretenido. Así lo entendió el numeroso público, que disfrutó con los internacionales y soportó las cada vez más numerosas y picajosas medidas de seguridad.Se puede ver a «La Roja», no hay más que adquirir una entrada, por unos dos euros, al cambio, o echarle cara con una bandera española. El despliegue policial lo permite, después de cacheos que en ocasiones son concienzudos y en otras, un trámite de lo más aburrido. Lo que no requisa, en ningún caso, la autoridad son las famosas «vuvuzelas». Un grupo de surafricanos compitió con otro de españoles en cánticos. Salieron ganando los lugareños. Natural, son mayoría, están en casa, pero no pierden detalle del equipo de Vicente del Bosque. Tampoco el alcalde de Pochefstroom, anoche anfitrión en una cena que dio a la delegación española, que encabezó Pedro Cortés.