Reestructuración bancaria
Deuda por capital
Gary Lineker, antiguo delantero centro de la Selección Inglesa, solía decir que el fútbol era un juego inventado por los ingleses en el que siempre ganaban los alemanes. Esto que por fortuna ya no es cierto en el fútbol lo es últimamente en las cumbres de la Unión Europea. En esta última, Alemania no ha cedido prácticamente en nada, pero eso sí, la Canciller Merkel se ha declarado impresionada con las medidas de ajuste en España. Todo un alivio.
Sorprende en este proceso la debilidad negociadora de España. Tenemos como todo el mundo sabe un problema de deuda, pero nuestros socios tienen otro muy grande, que se la debemos a ellos. Si bien es crítico para España el acceso al crédito exterior, no es menos importante para el resto de Europa que nuestro Tesoro y sistema financiero sigan pagando sus deudas.
España está haciendo importantes cesiones de soberanía en su política económica, a cambio de un eventual rescate en no se sabe qué condiciones, que no resolverá ninguno de nuestros problemas. El más importante es el de nuestro sistema financiero, que ni se puede financiar solo una emisión de 500 millones en los dos últimos meses ni financia al sector privado español, cuyo crédito lleva ya año y medio en descenso.
Los bancos y sobre todo las cajas españolas se tienen que recapitalizar, y esto se puede hacer mediante el lento, caro y agónico camino que hemos tomado, o rápidamente, haciendo que los tenedores de deuda de las cajas conviertan parte de ésta en capital, medida que no nos haría muy populares en el Consejo Europeo, pero que a los españoles nos resolvería varios problemas de un plumazo.
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