Moscú
Mousab Azzawai: «Asad tendrá el mismo futuro que Gadafi»
Londres- La Red Siria de Derechos Humanos se ha convertido en una fuente de información imprescindible del conflicto.
–¿Por qué sigue la guerra?
–La situación en Siria se asemeja a lo que ocurrió en Libia. La diferencia es que la comunidad internacional actuó en Libia en dos semanas y en Siria llevamos ya casi un año con más de 7.000 muertos. Y no se ha intervenido aún porque hablar de Siria es hablar de Irán. Teherán es un cáncer que han dejado crecer durante demasiado tiempo y Siria sólo es la metástasis. Se podría intervenir militarmente, pero políticamente hay demasiado en juego.
–¿Está pidiendo una intervención militar internacional?
–No, no queremos que se repita el mismo escenario que con Libia. Lo que planteamos son tres cosas. Un corredor humanitario por 24 horas o tres días, fácil de conseguir a través de una resolución; una zona neutral en la frontera con Turquía, totalmente viable si se aplicara el acuerdo ya existente de 1998; y, por último, una zona de exclusión aérea. De este modo, se podría debilitar al régimen y se forzaría políticamente una transición. Una población que ha inventado el primer alfabeto del mundo sabrá gestionar su propio futuro.
–¿Cómo interpreta el veto de Rusia y China?
–Con Rusia no van a conseguir nada, a menos que le ofrezcan algo a cambio. Hay que tener en cuenta que Moscú no quiere perder su base naval en el Mediterráneo, ni tampoco su negocio anual de 4.000 millones de libras de venta de armas con Siria. Respecto a China, lo único que ha hecho es intentar castigar a los países del Golfo por dar su apoyo a la Liga Árabe.
–¿Puede recrudecerse este estado de guerra civil?
–Desafortunadamente sí. Cuando el pueblo se sienta abandonado por la comunidad internacional va a levantar las armas. Y las consecuencias serán terribles, porque una guerra civil en Siria supone una guerra en toda la región. Los políticos no conocen Siria. Está formada por tribus, como la Shammar, que concentra a un millón de personas en Irak, más de 2.5 millones en Arabia Saudí y alrededor de 100.000 en Siria. Si los miembros de estas tribus acuden al auxilio de su primos y hermanos, el conflicto se extenderá rápidamente.
–¿Qué futuro le depara a Bachar Al Asad?
–Creo que será más al estilo Gadafi que al de egipcio Mubarak o el yemení Saleh. Asad y su familia viven en un mundo aparte y creen que todo esto es una conspiración de Estados Unidos ayudado por Al Qaeda. Fíjese qué contradicción. Y por esto lucharán hasta el final, a menos que se llegue a un pacto político que, en cualquier caso, no tendría que negociarse con el régimen de Siria, sino con el de Irán.
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